Las exportaciones chinas de materias primas se dispararon un 180% ¿A qué se debe?
La mejora de las exportaciones se produce tras el inesperado desaceleramiento del crecimiento de China, el más lento en cinco trimestres hasta junio.
Por Gonzalo Andrés Castillo
Redactor especialista en finanzas y mercado de capitales
En junio, las exportaciones chinas de algunas de las principales materias primas de su mercado estuvieron muy por encima de las alcanzadas en el mismo periodo del año anterior.
En concreto, los envíos de diésel aumentaron un 180%, mientras que las entregas de cobre se dispararon un 187% hasta marcar un récord. En tanto, las ventas de alúmina subieron un 109% hasta un máximo de dos años.
La mejora de las exportaciones se produce tras el inesperado desaceleramiento del crecimiento de China, el más lento en cinco trimestres hasta junio. La incapacidad de Pekín para revitalizar su economía debilitada está incrementando la presión sobre el presidente Xi Jinping.
De hecho, se espera que el Gobierno revele medidas para estimular la demanda interna luego de haber concluido el viernes pasado una reunión de fijación de políticas que se celebra dos veces por década.
Esta economía lenta también se reflejó en las importaciones de petróleo, las cuales cayeron un 11% en junio año a año y un 1,1% frente a mayo. Asimismo, la demanda aparente de crudo en China retrocedieron un 8,1% interanualmente hasta rondar los 13,7 millones de barriles por día.
Por su parte, las exportaciones de diésel, que podrían presionar las ganancias de las refinerías en Japón, Corea del Sur y Taiwán, disminuyeron un 23% en comparación con mayo, debido a la reducción en los márgenes de exportación, según Mysteel OilChem.
En el ámbito agrícola, las importaciones de maíz cayeron un 50% respecto al año anterior, mientras que las de azúcar disminuyeron un 32%. Por otro lado, las compras de trigo y soja avanzaron un 44% y un 11%, respectivamente.
En este marco, varios importantes exportadores rusos de materias primas dicen que el comercio con China se convirtió en una apuesta de riesgo, ya que los pagos directos en yuanes se congelan o retrasan cada vez más después de que Estados Unidos ampliara los criterios para imponer sanciones.