Para el CEO de Nvidia, China va a ganar la carrera mundial de la IA
Jensen Huang no se anduvo con vueltas y fue claro al respecto. Remarcó que en Occidente reinan las trabas y el cinismo mientras que en China se subsidia la energía y se le dan facilidades de desarrollo a las empresas vinculadas a la IA.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
El CEO de Nvidia, Jensen Huang, volvió a sacudir el tablero tecnológico con una frase que resonó fuerte en todo el mundo: “China va a ganar la carrera de la inteligencia artificial.” El hombre al mando de la empresa más valiosa del planeta fue tajante al señalar que el gigante asiático tiene ventajas claras frente a Estados Unidos, sobre todo por los menores costos energéticos y un marco regulatorio mucho más flexible.
En una entrevista con el Financial Times, Huang no se guardó nada. Dijo que mientras Beijing impulsa subsidios y baja trabas para que las tecnológicas locales puedan crecer, Occidente se está quedando atrapado en el “cinismo”. “Necesitamos más optimismo”, lanzó el ejecutivo durante el Future of AI Summit, en un mensaje que pareció apuntar tanto a Washington como a Silicon Valley.
El contexto de sus dichos no es menor. La administración Trump mantuvo la prohibición para que Nvidia venda sus chips más avanzados a China, incluso después del encuentro entre el presidente estadounidense y su par chino, Xi Jinping. Trump fue claro: “Los más avanzados no se los dejaremos a nadie más que a Estados Unidos”.
El ejecutivo también advirtió que los nuevos modelos de inteligencia artificial desarrollados en Estados Unidos “ya no están muy por delante” de los chinos, y presionó para que Washington permita exportar sus chips más recientes. Según su visión, cerrar el mercado solo acelera la independencia tecnológica de Beijing y debilita la posición global de las firmas estadounidenses.
En medio de la tensión, Nvidia sigue moviendo sus fichas políticas. La empresa organizó hace poco una conferencia de desarrolladores en Washington D.C., buscando tender puentes con el gobierno. Todo mientras su valor bursátil trepó a los 5 billones de dólares, impulsado por los rumores de un posible acercamiento entre Trump y Xi sobre el futuro de los chips Blackwell, algo que finalmente no ocurrió.
En el trasfondo, la preocupación de Estados Unidos por el avance chino en inteligencia artificial sigue creciendo. Desde que el laboratorio DeepSeek presentó en enero un modelo de lenguaje que sorprendió por su nivel técnico, en Silicon Valley muchos empezaron a mirar hacia el este con cierta inquietud.
Analistas del sector señalan que la advertencia de Huang no es solo un comentario aislado, sino una señal de alarma para Occidente. “Si China logra combinar energía barata, chips propios y apoyo estatal, la brecha tecnológica puede acortarse mucho más rápido de lo que se piensa”, advirtió un especialista en políticas digitales.
En los círculos tecnológicos norteamericanos, algunos interpretan las palabras del CEO de Nvidia como un intento de presionar políticamente para destrabar el negocio, pero otros creen que hay algo más profundo detrás: una lectura realista del cambio de poder global en el terreno de la IA. Y si algo dejó claro Huang, es que la próxima gran batalla tecnológica no se jugará en los laboratorios, sino en las decisiones políticas que tomen las grandes potencias.
