Japón sube la tasa de interés al nivel más alto en 30 años y rompe un récord
El Banco de Japón llevó su tasa de referencia al 0,75% y aceleró la normalización monetaria. Subieron los bonos, el yen siguió débil y crecen las dudas sobre el impacto en una economía que ya muestra señales de recesión.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
El Banco Central de Japón dio este viernes un paso fuerte en su giro de política monetaria y subió la tasa de interés de corto plazo al 0,75%, el nivel más alto desde 1995. La decisión, en línea con lo que esperaba el mercado, provocó una venta masiva de bonos soberanos y dejó en claro que la autoridad monetaria está dispuesta a seguir endureciendo su postura tras años de estímulos extremos.
El aumento fue de 25 puntos básicos y se dio en el marco del proceso de normalización iniciado el año pasado, cuando Japón abandonó el régimen de tasas negativas que había mantenido desde 2016. Aun así, el Banco de Japón (BOJ) aclaró que las tasas reales seguirán siendo “significativamente negativas” y que las condiciones financieras continúan siendo acomodaticias para sostener la actividad.
El trasfondo de la decisión es la inflación. Japón lleva 44 meses consecutivos con subas de precios por encima del objetivo del 2% y en noviembre la inflación al consumidor fue del 2,9%. Sin embargo, los salarios reales acumulan diez meses seguidos de caída, lo que mantiene la preocupación por el poder adquisitivo.
El propio BOJ reconoció que la inflación subyacente podría desacelerarse por debajo del 2% entre abril y septiembre de 2026, en parte por la moderación de los precios de los alimentos y por medidas del Gobierno para contener el costo de vida. Aun así, el banco confía en que las empresas mantendrán buenos márgenes y seguirán ajustando salarios el próximo año.
El riesgo es que tasas más altas profundicen la debilidad económica. El PBI japonés se contrajo 0,6% en el tercer trimestre y 2,3% en términos anualizados, una señal clara de enfriamiento. A eso se suma el problema estructural de la deuda: Japón tiene la mayor relación deuda-PBI del mundo, cercana al 230%.
De cara a lo que viene, los analistas esperan más subas graduales, con una tasa terminal cercana al 1% hacia 2026. El desafío para el BOJ será delicado: frenar la inflación y sostener al yen sin empujar a la economía a una recesión más profunda, en un contexto político cada vez más sensible al costo de vida.
