Elon Musk rompe todos los récords: los accionistas de Tesla aprueban el mayor paquete salarial de la historia

Con más del 75% de apoyo, Elon Musk logró que los dueños de Tesla le dieran luz verde a un plan de compensación que podría alcanzar el billón de dólares. La apuesta: convertir a la automotriz en un coloso de la inteligencia artificial y la robótica.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 1 hora

Elon Musk volvió a salirse con la suya. Este jueves, los accionistas de Tesla aprobaron, con una mayoría aplastante, el paquete salarial más grande jamás visto en el mundo corporativo. El CEO, que ya ostenta el título de la persona más rica del planeta, podría quedarse con acciones por un valor total de hasta un billón de dólares durante la próxima década.

 

El voto de confianza se dio en la asamblea anual de la empresa, celebrada en la planta de Austin, Texas, donde Musk subió al escenario entre aplausos y robots bailando. Con su habitual estilo extravagante, prometió una nueva era para Tesla, más centrada en la inteligencia artificial, los autos autónomos y los robots humanoides. “No es solo un nuevo capítulo, es un libro nuevo”, lanzó ante una multitud eufórica.

 

El plan salarial, que tuvo más de tres cuartos de votos a favor, no estuvo exento de polémica. Algunos inversores lo tildaron de excesivo e innecesario, pero la mayoría entendió que retener a Musk es clave para el futuro de la compañía. La junta directiva advirtió que el magnate podría irse si no obtenía la aprobación, y nadie quiso arriesgarse a un Tesla sin Musk al volante.

En el escenario, el empresario aprovechó para tirar una batería de anuncios: producción del robotaxi sin volante “Cybercab” a partir de abril, relanzamiento del deportivo Roadster eléctrico y el sueño de levantar una megafábrica de chips para inteligencia artificial. También deslizó la posibilidad de trabajar con Intel para concretarlo.

 

Durante la asamblea, los accionistas ratificaron a tres directores del directorio, aprobaron elecciones anuales para todos los miembros y dieron el visto bueno a la inversión de Tesla en xAI, la startup de inteligencia artificial del propio Musk. Pese a eso, varios grandes fondos mostraron cautela, reclamando garantías para evitar que los negocios personales del CEO se mezclen con los de la automotriz.

 

El respaldo a Musk no sorprende: ahora, con la mudanza legal de Tesla a Texas, el empresario pudo votar con su propio 15% de participación. Excluyéndolo, el margen hubiera sido mucho más ajustado. En palabras de un analista: “En cualquier otra empresa, un paquete así se revisaría; pero en Tesla, la historia es otra”.

 

Los objetivos del plan son tan ambiciosos como él mismo: fabricar 20 millones de autos, tener un millón de robotaxis en las calles y vender otro millón de robots humanoides. Para cobrar el total, el valor bursátil de Tesla tendría que trepar de los actuales 1,5 billones de dólares a nada menos que 8,5 billones. Por cada meta alcanzada, Musk se quedaría con un 1% más en acciones.

 

Si logra cumplir todos los hitos, se quedará con el 12% del capital de Tesla, lo que equivale a un valor neto estimado en 878.000 millones de dólares. Musk asegura que lo que más le interesa no es el dinero, sino el poder de voto que le permitiría “dar forma al futuro de la IA” y, en sus palabras, “comandar un ejército de robots”.

 

Más allá de los números desorbitantes, el respaldo a Musk muestra algo claro: Tesla sigue siendo un fenómeno más emocional que racional. Los accionistas apuestan a su visión, aunque les cueste caro. Y mientras algunos lo critican por sus posturas políticas o por el exceso de protagonismo, nadie puede negar que el tipo sabe vender futuro.

 

Lo que queda por ver es si ese futuro llega con los robots tomando las calles o con Musk, otra vez, desafiando las reglas de Wall Street y saliendo ganando. Porque, al final del día, cuando se trata de Tesla, lo imposible parece ser apenas el punto de partida.

 

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