El oro rompió todos los récords y superó los US$ 4.400: por qué el mercado corre al refugio clásico

El metal amarillo marcó un nuevo máximo histórico este lunes y se encamina a cerrar 2025 con la mayor suba en más de cuatro décadas. Tasas más bajas, tensiones globales y búsqueda de cobertura explican el salto.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 1 hora

El lunes 22 de diciembre de 2025 quedará marcado en los mercados: el precio del oro cruzó por primera vez la barrera de los US$ 4.400 por onza y alcanzó un máximo histórico. La suba rondó el 1,6% frente a la rueda anterior y confirmó una tendencia que viene firme desde hace meses, con inversores de todo el mundo buscando refugio frente a un escenario económico cada vez más incierto.

 

Con este movimiento, el oro ya acumula una ganancia cercana al 70% en lo que va del año, un rendimiento que no se veía desde 1979. Aquella vez, el contexto era de inflación descontrolada y fuertes tensiones económicas; hoy, aunque el escenario es distinto, el clima de cautela vuelve a empujar al metal precioso al centro de la escena.

 

Uno de los factores clave detrás del rally es la expectativa de que la Reserva Federal de Estados Unidos siga bajando las tasas de interés en 2026. Para el mercado, un costo del dinero más bajo reduce el “costo de oportunidad” de tener oro, un activo que no paga intereses pero gana atractivo cuando los rendimientos financieros se achican. Las señales recientes de la Fed, más abiertas a una política monetaria flexible, reforzaron esa lectura.

A eso se suma el ruido geopolítico. Las tensiones entre potencias, los conflictos regionales y las fricciones comerciales volvieron a elevar la aversión al riesgo. En ese contexto, muchos fondos y grandes inversores optaron por replegarse hacia activos considerados seguros, y el oro volvió a ocupar ese rol histórico.

 

El impacto no se limitó al metal en sí. Las acciones de las principales compañías mineras que cotizan en Wall Street y en la Bolsa de Londres arrancaron la semana con subas de hasta 3,7%, impulsadas por la mejora en las expectativas de ingresos ante precios récord.

 

La plata también se subió a la ola. En la misma jornada, avanzó más de 2% y rozó los US$ 69,44 por onza, marcando nuevos máximos y confirmando que el boom no es exclusivo del oro, sino parte de una tendencia más amplia en los metales preciosos.

 

De cara a 2026, el mercado empieza a preguntarse si todavía hay margen para nuevas subas o si se acerca una pausa. Por ahora, el consenso es que mientras sigan las tasas bajas y la incertidumbre global, el oro seguirá siendo una de las estrellas del tablero financiero.

 

Para los inversores, el récord funciona como una señal clara: en tiempos de dudas, el refugio más antiguo del mercado vuelve a mostrar por qué conserva su brillo.

 

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