Cada vez más freelancers eligen cobrar en stablecoins
Lo que hace pocos años parecía una tendencia de nicho hoy se consolida como una alternativa global.
Por redacción
Según un informe de ZeroHash, el 93% de los trabajadores independientes a nivel mundial manifestó querer recibir al menos una parte de sus ingresos en criptomonedas o stablecoins. La cifra refleja un cambio cultural en la manera de concebir el dinero: menos dependencia de los sistemas financieros tradicionales y más búsqueda de autonomía y valor real.
Lo que hace pocos años parecía una tendencia de nicho hoy se consolida como una alternativa global. Más aún en países donde la inflación y las restricciones al dólar erosionan el poder adquisitivo de los ingresos, esta tendencia se siente con fuerza.
“Queremos que cada proyecto valga lo mismo el día que lo cobramos que el día que lo facturamos”, explica Sebastián Siseles, director ejecutivo de Vesseo, billetera digital que impulsa soluciones financieras digitales para freelancers y profesionales independientes. “Para muchos, el valor ya no está en el número, sino en que ese número no se deprecie en el camino”, agrega.
El atractivo de las stablecoins —como USDT o USDC, que mantienen su valor atado al dólar— está en su estabilidad y en la posibilidad de realizar transferencias internacionales en minutos, con comisiones que suelen ser mucho más bajas que las de los bancos o plataformas de pago tradicionales. A eso se suma la facilidad de uso: basta una billetera digital para operar sin fronteras y recibir pagos desde cualquier parte del mundo, sin necesidad de una cuenta bancaria.
De acuerdo con el informe State of Freelance Work 2025, el 85% de los encuestados autónomos afirman haber experimentado retrasos en el pago de las facturas y más del 21% de los autónomos declararon cobrar tarde (o nunca) más de la mitad de las veces.
En ese contexto, las stablecoins ofrecen una salida práctica: cobrar de manera inmediata, evitar los costos de conversión y mantener el valor de los ingresos en una moneda estable. “Para quienes trabajan con clientes internacionales, cada dólar cuenta. Las stablecoins devuelven el control del dinero a las manos del profesional”, comentan desde Vesseo.
Aun así, el fenómeno no está exento de desafíos. Persisten los temores por la regulación incierta, las dificultades para convertir las criptomonedas a moneda local sin perder valor y la necesidad de educación financiera para manejar billeteras y plataformas con seguridad. También hay una brecha generacional: mientras los más jóvenes adoptan la tecnología con naturalidad, muchos profesionales mayores aún desconfían del sistema cripto o desconocen cómo empezar.
“Dentro de cinco años será raro encontrar un freelancer que no cobre todo al menos una parte importante de su trabajo en monedas digitales estables. No se trata de reemplazar al sistema bancario, sino de hacerlo más eficiente: dejar que el dinero viaje más rápido, con menos intermediarios y más libertad para quien trabaja desde cualquier lugar del mundo”, proyecta Siseles.
En ese camino, los freelancers se convierten —una vez más— en los primeros en adoptar lo que podría ser el futuro de los pagos globales: un sistema donde la frontera ya no está en los bancos, sino en la velocidad con que uno decide adaptarse.