Renunció el canciller Gerardo Werthein y se mueve el tablero del Gobierno

El canciller le presentó su renuncia a Javier Milei y dejará el cargo el lunes, justo después de las elecciones legislativas. Su salida se da en medio de tensiones internas y rumores de recambio en el Gabinete.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 3 horas

El canciller Gerardo Werthein presentó su renuncia y ya es oficial: dejará el Ministerio de Relaciones Exteriores el próximo lunes, un día después de las elecciones legislativas. La decisión fue confirmada por fuentes del Gobierno y se da en plena reconfiguración del equipo de Javier Milei, que planea mover varias fichas tras los comicios.

 

Werthein, empresario y hombre cercano al Presidente, venía en la mira desde hace semanas. Su salida terminó de acelerarse luego de la polémica con Donald Trump en Washington, cuando una confusión diplomática llevó al expresidente estadounidense a condicionar su apoyo al gobierno argentino al resultado de las elecciones. Desde entonces, el canciller quedó en el ojo de la tormenta, apuntado por el ala más dura del oficialismo.

 

El propio Milei, que este miércoles cumple 55 años y lo celebra con un festejo íntimo en Olivos, ya había adelantado que planea una fuerte renovación del Gabinete una vez que se cierren las urnas. En esa lista también figura el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, que podría seguir el mismo camino que Werthein.

 

En los pasillos de Casa Rosada suena fuerte un nombre para reemplazarlo: Nahuel Sotelo, actual secretario de Culto y hombre del círculo de confianza de Santiago Caputo. Aunque evitó dar definiciones, Sotelo declaró que tuvo “una muy buena relación con el canciller” y que esperará que Werthein “aclare o no la situación” antes de hacer comentarios.

La renuncia de Werthein confirma lo que se venía diciendo el propio presidente: Milei está decidido a rearmar su equipo antes de encarar la segunda etapa del gobierno. La Cancillería, una de las áreas más sensibles por su vínculo con el mundo y los mercados, queda ahora en un terreno incierto justo cuando el Presidente busca mostrar estabilidad política y económica.

 

El gesto también envía una señal hacia adentro: en la Casa Rosada nadie tiene el puesto asegurado. Con las elecciones a la vuelta de la esquina y el dólar inquieto, Milei apuesta a mostrar control en medio del ruido, aunque los cambios en su entorno más cercano evidencian que la calma todavía está lejos.
 

 

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