Qué esperar del mercado inmobiliario argentino para lo que queda de 2025
En junio se firmaron 5.762 escrituras en la Ciudad de Buenos Aires, lo que representó un aumento del 36,1% interanual, siendo el mejor junio en 17 años.
Por redacción
Con un primer semestre récord en escrituras, el mercado inmobiliario argentino atraviesa una etapa de recuperación sostenida, marcada por el regreso del crédito hipotecario, cierta estabilidad cambiaria y una leve mejora en los precios en dólares. A pesar de un contexto económico que aún plantea desafíos, crecen las señales de confianza tanto del lado de la oferta como de la demanda. ¿Se puede mantener este impulso en lo que queda del año?
En junio se firmaron 5.762 escrituras en la Ciudad de Buenos Aires, lo que representó un aumento del 36,1% interanual, siendo el mejor junio en 17 años. En total, el primer semestre cerró con 29.528 operaciones, un 48% más que en 2024. El crédito hipotecario volvió a tener peso: en mayo representó el 23% del total de operaciones, lo que significa un crecimiento interanual de más de 7 veces.
En este contexto, Viviana Yacoub, arquitecta, martillera y desarrolladora inmobiliaria, analiza las claves para el segundo semestre del año. Con amplia trayectoria en el segmento residencial, la ejecutiva viene siguiendo de cerca la evolución del crédito, el impacto de las medidas cambiarias y la evolución de precios y costos en la construcción.
"El 2025 nos regaló un primer semestre potente, pero la segunda mitad no se va a explicar sola. Necesita previsibilidad, profesionalismo y disciplina de ejecución", advierte.
Según Yacoub, uno de los factores clave que explican el buen momento es la estabilidad del dólar. En abril, el Gobierno dejó atrás el crawling peg de 1% mensual y pasó a un esquema de bandas más flexible, lo que permitió anclar expectativas sin sobresaltos bruscos en el tipo de cambio.
"Un dólar estable —o con deslizamientos previsibles— suele traducirse en precios de cierre más cercanos a los publicados, más previsibilidad de costos y continuidad del crédito", señala.
En paralelo, el valor del metro cuadrado también empezó a mostrar señales de recuperación. En junio el promedio pedido fue de USD 2.427 por m2, con una suba del 0,5% mensual y del 4,4% en el semestre. Aunque los precios aún están por debajo de los máximos históricos de 2017-2018, Yacoub detecta un "sesgo levemente alcista" en unidades chicas (monoambientes y dos ambientes), especialmente bien ubicadas.
Del lado de los costos, la desaceleración inflacionaria trajo algo de alivio: el Índice del Costo de la Construcción subió solo 1,3% en junio, lo que permite a los desarrolladores recalibrar sus proyecciones con mayor certeza.
En cuanto a las importaciones, la arquitecta destaca que la normalización del acceso a materiales importados desde China —gracias a la derogación del SEDI en febrero y a una mayor apertura comercial— está mejorando calidades y reduciendo algunos costos.
Sin embargo, alerta que la logística global se volvió más volátil. "Conviene diversificar proveedores y calendarizar embarques para capear picos de flete", recomienda.
Frente a este escenario, Yacoub dice que el foco debe estar en mantener precios realistas y en acelerar la toma de decisiones. "En un mercado con más crédito y actos en alza, los activos correctamente valuados rotan", expresa.
Y concluye con una definición que resume su mirada del momento: "En real estate no hay atajos: obra a obra, escritura a escritura, barrio a barrio. Si sostenemos previsibilidad, profesionalismo y disciplina, el récord dejará de ser noticia para convertirse en norma".