El CEO de OpenAI declaró un "código rojo" para ChatGPT

Sam Altman, CEO de OpenAI, anunció un "código rojo" interno para su producto estrella ChatGPT, señalando que la empresa debía concentrar todos sus esfuerzos en mejorar el chatbot ante una competencia creciente en el mercado.

Desde su mensaje interno, Altman dejó en claro que muchos proyectos paralelos —como herramientas de publicidad, agentes de IA para compras o salud, y un asistente personalizado llamado “Pulse”— serían postergados. El foco ahora está en acelerar mejoras en velocidad, fiabilidad y personalización de ChatGPT.

Este giro estratégico no es menor. A pesar de que ChatGPT sigue contando con unos 800 millones de usuarios semanales, la presión competitiva resultó demasiado fuerte: modelos rivales, particularmente Gemini 3 de Google y modelos de Anthropic como Claude Opus 4.5, presentan avances técnicos que ponen en riesgo la posición dominante de OpenAI.

Según fuentes internas, la decisión del código rojo reflejó una preocupación real por costos crecientes: mantener la infraestructura requerida para alimentar ChatGPT demandó inversiones muy por encima de lo previsto.

El cambio de rumbo implica que OpenAI revivió su estrategia de consolidar ChatGPT como su pilar. Canceló temporalmente expansiones hacia nuevas verticales de negocio para darle prioridad al núcleo: asegurarse de que el chatbot funcione de forma fluida, confiable y más adaptada a las necesidades del usuario.

La medida revela también un reconocimiento explícito de que la batalla por la inteligencia artificial entró en una nueva fase de rivalidad intensa. Ya no bastaba con ser pioneros, ahora era necesario evolucionar rápido. Al declarar la alerta, OpenAI admitió que la competencia global por dominar la IA conversacional no solo era técnica, sino también comercial, económica y de reputación.