La Unión Europea planea duplicar sus aranceles al acero
El nuevo marco aplicaría el arancel más alto solo después de alcanzados ciertos límites y establecería cuotas basadas en promedios históricos de importaciones, con la posibilidad de definir topes específicos por país.
Por Gonzalo Andrés Castillo
Redactor especialista en finanzas y mercado de capitales
La Unión Europea (UE) planea elevar los aranceles a las importaciones de acero al 50%, según un borrador de propuesta. La medida busca equiparar la protección del bloque con la de Estados Unidos, que impuso aranceles similares para frenar el exceso de capacidad de China en el sector.
Actualmente, la UE cuenta con un mecanismo temporal que grava con un 25% la mayoría de las importaciones de acero una vez agotados los cupos. Este sistema, que expira en junio, será reemplazado por un reglamento permanente que la Comisión Europea (CE) prevé presentar la próxima semana.
El borrador propone revisar estas medidas cada cinco años a partir de julio de 2031, evaluando la sobrecapacidad mundial y su impacto en el mercado europeo.
La industria siderúrgica del bloque sufrió en los últimos años debido a las importaciones a bajo costo procedentes de China y otras economías asiáticas. Además, los aranceles estadounidenses del 50% sobre acero y aluminio, implementados durante la administración de Donald Trump, aumentaron la presión sobre el mercado europeo.
Eurofer, la asociación siderúrgica europea, solicitó medidas más estrictas para enfrentar la nueva dinámica del mercado y garantizar un régimen comercial integral tras 2026. Según Henrik Adam, director ejecutivo de Tata Steel Europe, sin barreras efectivas que impidan la llegada de acero a precios inferiores al coste, sectores clave como la automotriz, la producción de baterías y la energía eólica se verían comprometidos.
Stéphane Sejourne, jefe de la industria en la CE, señaló en una reunión a puertas cerradas que la propuesta se presentará la próxima semana. Afirmó que, aunque la UE sigue respaldando un comercio internacional abierto, no puede imponerse normas que otros países dejaron de aplicar. La medida refleja la intención de proteger la industria local y mantener la competitividad de la producción europea frente al exceso de capacidad global.