El Banco Mundial estima un crecimiento del 4,6% para Argentina, por encima de las estimaciones locales

El organismo internacional destacó la recuperación económica, la mejora en el consumo y la inversión privada, y la disciplina fiscal como factores clave. Los analistas locales, más cautos, prevén un avance del 3,9%.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 3 horas

El Banco Mundial sorprendió con un pronóstico optimista para la Argentina: estima que la economía crecerá un 4,6% en 2025, un número más alto que el que manejan los economistas locales, que ubican la suba del PBI en 3,9%, según el último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central.

 

El informe fue presentado en Washington y coloca al país como la economía con mayor expansión proyectada de toda la región, superando a sus pares latinoamericanos. Aunque el documento no detalla las fuentes utilizadas, el organismo destacó que el repunte responde a la recuperación del sector agrícola, una incipiente mejora del consumo y la inversión privada, y la continuidad de políticas fiscales prudentes.

 

“En la Argentina continúa un notable rebote económico después de dos años consecutivos de contracción, aunque persisten profundos desafíos”, señaló el Banco Mundial. El texto subraya que los signos de mejora en la actividad están impulsados por el plan de estabilización del Gobierno, que permitió bajar la inflación y alcanzar superávit fiscal.

 

La institución también valoró la disciplina fiscal del país, al considerarla un rasgo diferencial respecto al resto de la región. “Un caso distinto”, describió el informe, que resalta los avances de Argentina hacia la consolidación fiscal y la obtención de superávits sostenidos.

A nivel regional, el Banco Mundial proyecta que Guyana será el otro país con fuerte crecimiento (11,8%), aunque el caso responde principalmente a su boom petrolero. Argentina, por su parte, aparece como la economía con mayor expansión real sostenida entre los grandes países de América Latina.

 

Los analistas locales, sin embargo, se muestran más prudentes. El REM del Banco Central recortó su previsión de crecimiento al 3,9%, reflejando cierta cautela por la fragilidad de la recuperación y las dudas sobre la sustentabilidad del equilibrio fiscal en un contexto de bajos ingresos y consumo todavía golpeado.

 

El optimismo del Banco Mundial parece apoyarse en señales de corto plazo que aún deben consolidarse. La mejora en el agro y el freno de la inflación generaron un alivio, pero la economía real sigue condicionada por salarios rezagados y una inversión que depende de la estabilidad política y del acceso al crédito.

 

En este escenario, el desafío del Gobierno será sostener el equilibrio fiscal sin asfixiar la actividad. Si la recuperación logra mantenerse en 2025, el país podría encarar una etapa de crecimiento más estable.

 

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