Las petroleras ajustan números: recortes en gastos, empleos y dividendos ante la caída del crudo

Chevron, ExxonMobil, BP, Shell y TotalEnergies revisan sus estrategias para sostener pagos a accionistas en un contexto de precios bajos. Los analistas advierten que mantener los dividendos sin aumentar la deuda será cada vez más difícil.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 1 hora

Las cinco mayores petroleras del mundo —Chevron, ExxonMobil, BP, Shell y TotalEnergies— están dando un paso atrás y revisando sus planes financieros. Con el precio del petróleo Brent por debajo de los USD 65 por barril y perspectivas de una baja aún mayor, las compañías enfrentan un dilema: seguir pagando dividendos récord o proteger su salud financiera.

 

Durante los últimos años, las energéticas apostaron a mantener altos rendimientos para los accionistas, con dividendos y recompras que superaron los USD 100 mil millones anuales desde 2022. Pero gran parte de esos pagos se financió con endeudamiento, aprovechando las ganancias extraordinarias que dejaron las sanciones y la crisis energética tras la invasión rusa a Ucrania.

 

Ahora, con un escenario global de menores precios y sobreoferta, las empresas se ven obligadas a ajustar sus operaciones y sus cuentas. Según RBC Capital Markets y BofA Global Research, la mayoría de las grandes petroleras necesitan un barril por encima de USD 80 para sostener el ritmo actual de dividendos y recompras. Sin embargo, Citi proyecta un crudo a USD 60 y Goldman Sachs incluso lo ve cayendo a USD 50 en 2026.

 

La primera en mover ficha fue TotalEnergies, que anunció una reducción en sus recompras desde el cuarto trimestre y un recorte de costos de USD 7.500 millones hasta 2030. En la misma línea, BP y Chevron ya comenzaron a ajustar sus programas, mientras Shell todavía no confirmó cambios.

 

El ajuste también llega al plano laboral: más de una docena de compañías del sector anunciaron despidos para 2025 y 2026, entre ellas ExxonMobil, Chevron, BP y Shell, que buscan bajar gastos y adaptarse a un nuevo ciclo de rentabilidad más acotada.

 

La era de los dividendos exuberantes parece entrar en pausa. Con el precio del crudo lejos de los niveles que sostuvieron las ganancias récord de 2022, las petroleras enfrentan la disyuntiva de satisfacer a los accionistas o cuidar el balance. La presión por reinvertir en exploración y energías de transición también limita el margen de maniobra.

 

En un contexto donde el mercado ya descuenta precios bajos y la transición energética gana peso, las grandes compañías deberán repensar su estrategia de rentabilidad. El fin del dinero fácil obliga a un reacomodamiento que podría marcar un nuevo equilibrio entre dividendos, deuda y reinversión productiva.

 

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