Desde Economía se definió la estrategia: el dólar, bajo control hasta octubre

El Gobierno apunta a mantener la calma cambiaria en plena campaña, aun a costa de medidas que contradicen el acuerdo con el FMI. La prioridad está puesta en llegar con estabilidad al 26 de octubre.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 0 horas

Luis “Toto” Caputo sintetizó en una frase la lógica de estos días: “Después de octubre hablamos”. El ministro de Economía transmite así que, más allá de las tensiones con los bancos y del ruido en los mercados, el objetivo inmediato es político: sostener un dólar controlado y una inflación en retroceso hasta las elecciones legislativas.

 

El mensaje lo repiten los funcionarios cercanos a Caputo, cada vez que se sientan frente a banqueros locales o extranjeros. La instrucción es clara: el Gobierno está dispuesto a intervenir en el mercado cambiario, incluso si eso implica dejar de lado la promesa inicial de libre flotación. La medida, inesperada, frenó la escalada del dólar pero abrió un nuevo frente de discusión.

 

Las críticas no tardaron en llegar. Domingo Cavallo fue tajante en el tema y Miguel Ángel Broda advirtió que las últimas decisiones reflejan una política cambiaria “al servicio del resultado electoral”, marcada por un fuerte grado de discrecionalidad. Según el economista, la emisión para pagar vencimientos en pesos, las intervenciones repentinas y el uso de reservas ponen en evidencia una falta de reglas claras.

 

En paralelo, en Washington el Fondo Monetario observa en silencio. Kristalina Georgieva decidió no cuestionar abiertamente al Gobierno hasta que pasen los comicios, reconociendo que la definición electoral en la provincia de Buenos Aires será una bisagra. Sin embargo, después de octubre se espera que el organismo exija una corrección en el tipo de cambio y mayor disciplina en la política monetaria.

 

El contexto electoral atraviesa todas las discusiones. Las encuestas muestran un escenario parejo entre La Libertad Avanza y el Kirchnerismo en territorio bonaerense, y eso aumenta la presión sobre el equipo económico. 

 

Más allá de las críticas, el Gobierno considera que la prioridad es sostener un marco de estabilidad mínima que le permita llegar a octubre sin sobresaltos. Caputo, Bausili y Quirno confían en que, con el dólar bajo control y la inflación desacelerando, Milei podrá consolidar respaldo político y encarar después un giro más estructural.

 

En ese sentido, lo que se discute no es solo economía: es gobernabilidad. El oficialismo sabe que el capital político que surja de las elecciones marcará hasta dónde podrá avanzar con sus reformas. Por eso, contener el mercado cambiario en la recta final es visto como una inversión política más que como una decisión de manual económico

 

¿Quiere recibir notificaciones de alertas?