Carry Trade, del veranito a la tormenta

Por Sebastián Mel

Asesor financiero en "Economía en Digerido"

Martes 27 de abril del 2021 a las 1:33 pm

 

En el transcurso de las últimas jornadas, fuimos testigo de una serie de señales de alarma que nos llevan a pensar que el veranito de hacer tasa con el dólar estaría llegando a su fin y que EL CARRY TRADE MENOS PENSADO sería pronto un recuerdo. Fue lindo mientras duró, y quienes supieron aprovecharlo lograron capturar rendimientos superiores al 40% en dólares, desde octubre 2020.

 

Primera señal: ¿Se desinfla Wall Street?

El mercado accionario de USA viene estrenando nuevos máximos desde la recuperación de la pandemia en marzo/abril 2020. El recambio presidencial y los paquetes de estímulo otorgados por las grandes potencias, llevaron los excedentes de dinero a Wall Street, empujando la suba hacia terrenos desconocidos. Cabe decir que la emisión monetaria en dichas latitudes ha generado una expectativa inflacionaria que motivó a los inversores del mundo a refugiarse en un mercado sólido, además de criptomonedas.

 

Sin embargo, en los últimos días, vimos bajas significativas (aunque no aún alarmantes) en los principales papeles del USA, Europa y Asia. Muchos empiezan a hablar de burbuja y de agotamiento. Ante el miedo que generan rumores de tal índole, hay quienes eligen recortar ganancias y migrar hacia otros destinos, especialmente considerando que ya los grandes inversores como Warren Buffett, y el índice Wilshire 5000 hablan de una sobrevaluación descomunal del 200% sobre las medias históricas

 

Desde lo local, los tenedores de pesos fueron seducidos por rendimientos astronómicos en acciones y criptomonedas que, en la mayoría de los casos, lograron superar al dólar y a la inflación de Argentina. Ante una desaceleración de las cotizaciones en el exterior, los inversores argentinos que dieron sus pasos en CEDEARs, probablemente procuren proteger sus ganancias a través del contado con liquidación. Este factor se daría  por la falta de incentivos para mantener sus tenencias en pesos. Recordemos que el MERVAL hoy opera más volumen en CEDEARs que en papeles locales. Un hecho insólito.

 

Segunda señal: ¿Inflación o tasa?

La inflación acumulada del primer trimestre 2021 supera el 15%. Las proyecciones del 29% esgrimidas por el Ministerio de Economía pasan a ser un anhelo, dado que para que se logre semejante hazaña, la inflación Abril/Diciembre debería ser 14%, es decir el 1,75% mensual de ahora en adelante.

 

La escalada inflacionaria genera dudas ante la sostenibilidad del tipo de cambio y, aprovechando el dólar barato (entre $140 y $150, según MEP o CCL), inversores locales y ahorristas podrían comenzar una paulatina dolarización de sus  tenencias.

 

Las licitaciones recientes, emitidas con el fin de capturar pesos sobrantes del sistema para repagar compromisos anteriores, empiezan a ser menos atractivas y muchos pesos escapan de  la órbita de bonos y letras para volcarse a su destino final: el dólar. Cabe mencionar que la tasa de plazo fijo y cauciones se encuentra atrasada con respecto a la inflación, por lo que la tentación de seguir en pesos se disipa de manera acelerada.

 

Tercera señal: ¿Agotamiento del MERVAL?

Con meses muy positivos y otros ligeramente negativos, el MERVAL está en el mismo valor que Agosto 2020, overshooting de por medio. Escenario ideal para trading pero no para el inversor de crecimiento que hace 8 meses tiene una tenencia en pesos que vale lo mismo. Dicho inversor, ante la posibilidad de que la divisa estadounidense se empiece a mover, el plazo fijo le ofrece la mitad de la inflación esperada y las licitaciones de letras y bonos no lo seducen, seguramente optará por alguna forma de activo dolarizado o colchón. 

 

Sobre todo los más experimentados, que vieron sus pesos licuarse con las devaluaciones 2017/2020, probablemente decidan no arriesgar por empresas locales en un contexto como el descrito. Tengamos en cuenta que todos los días se van empresas del país, la mayoría no encuentra compradores y las que lo hacen, liquidan posiciones a un 5-10% del valor de su inversión. La señal es clara, el mercado no ve recuperación económica y la cotización de las acciones empieza a reflejar que el entusiasmo de los precios de oferta del inicio de la pandemia 2020 ya pasó.

 

Cuarta señal: ¿y los dólares que entran?

Otro de los motivos que explican la quietud del dólar es el flujo constante de dólares que recibió el BCRA por diferentes vías. La primera está relacionada al ingreso de dinero del exterior para pagar el impuesto a las grandes fortunas, lo que hizo que dólares bursátiles ingresaran al país vía bonos. Esto termina en abril.

 

Por su parte, el agro liquida la cosecha por un mecanismo similar que permitió ingresar divisas a las arcas nacionales y mantener la cotización.

 

Seguramente sabrán que la cotización de los productos del agro se encuentran en máximos históricos. Sin embargo, el impacto fue magro. Esto termina en Mayo.

 

Además, el ministro Guzmán, en su gira por Europa, se encuentra negociando el complejo esquema de pagos que tiene que enfrentar la Argentina: FMI y Club de París. Las reservas netas del BCRA están en terreno negativo y, afrontar esos pagos, debilitarían aún más el valor del peso ante el dólar. Sin embargo, el FMI prepara la entrega de los Derechos Especiales de Giro por unos U$4.600, que podrían aliviar levemente una disparada. Esto termina en junio.

 

Otra cuestión es política y sanitaria. A medida que avanzan la pandemia y las restricciones, el rumor de la suspensión de las elecciones y la amenaza de mayores restricciones agitan el fantasma de marzo 2020 en el inconsciente colectivo. La última vez que pasó esto, todos los mercados del mundo se hundieron (Wall Street llegó a cerrar por unas horas), el dólar MEP/CCL acumuló un alza del 100% y se desplegaron todos los instrumentos disponibles en el ministerio de economía para bajarlo. Esas medidas hoy vienen a cobrar.

 

En conclusión, el momento del peso estable y mercados alcistas en el exterior y en lo local parece haber llegado a su fin. El ingreso de dólares por múltiples vías va perdiendo fuerza y el plano político y sanitario nublan la mirada. ¿Llegó el momento de dolarizarse? Las señales analizadas indican que el veranito puede terminar con tormenta.
 

 

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