El mercado se adelanta: el dólar futuro ya se negocia en $1.500 para diciembre
Tras algunas ruedas al alza, el Gobierno admite que la estrategia con las tasas y el dólar cambiará después de las elecciones.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
El billete verde volvió a dar señales de vida y ya se acomoda otra vez arriba de los $1.300. En apenas 48 horas, el dólar mayorista pasó de $1.292 a $1.317, un salto del 1,9% que en otro momento era lo que subía en todo un mes.
La suba agarró a muchos por sorpresa porque, en teoría, las tasas de interés están altísimas (cerca del 4,5% mensual), lo que debería enfriar la demanda de dólares. Pero no: aun con ese anzuelo, el mercado se movió igual y el billete se despertó.
El propio ministro de Economía, Luis Caputo, tiró una frase que dejó más preguntas que respuestas: “Después de las elecciones es otra historia”. En criollo, lo que está diciendo es que la receta de ahora —con el Banco Central apretando fuerte la plaza para que no sobren pesos y el dólar no se dispare— podría cambiar una vez que pasen las urnas.
El presidente Javier Milei también le puso picante al tema. Dijo que la tasa de interés altísima se va a mantener hasta las elecciones y después va a bajar. Y reconoció que esa baja va a traer más presión sobre el dólar y sobre la balanza comercial, pero lo justificó diciendo que es imposible manejar la economía “como si nada pasara” en un año electoral.
En el medio de toda esta rosca técnica, lo concreto para la gente es que el dólar sigue siendo la brújula de todo. Cada vez que se mueve, aparecen dudas sobre qué va a pasar con los precios, el ahorro y el consumo. Por eso mismo el mercado ya está jugando la próxima partida: la que arranca después de las elecciones.
Por ahora, la estrategia oficial es sostener al dólar a toda costa para no sumar más incertidumbre en campaña. Pero lo que vendrá después es una incógnita: si la tasa baja, como promete Milei, y los pesos vuelven a circular con más fuerza, la pregunta es quién va a poder frenar la presión sobre el billete.