Economía sale a intervenir en el mercado cambiario con aval del FMI

El gobierno anunció que intervendrá directamente en el mercado cambiario. El FMI ya dio el visto bueno y la medida llega en plena tensión previa a los comicios bonaerenses.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 7 horas

Contra todos los pronósticos y tras semanas de negar cualquier acción directa, el equipo económico encabezado por Luis “Toto” Caputo decidió ponerle el cuerpo al dólar. Pablo Quirno, su mano derecha y secretario de Finanzas, lo blanqueó en X: “El Tesoro Nacional participará en el mercado libre de cambios para contribuir a su liquidez y normal funcionamiento”. En criollo: van a vender dólares propios, sin pasar por el Banco Central, para tratar de enfriar la plaza.

 

La jugada llega en un momento caliente. El lunes, el billete minorista tocó los $1.390 y cerró en $1.385, marcando un récord. En el mercado ya se palpaba el nerviosismo por las elecciones en la provincia de Buenos Aires, donde el resultado puede pegar de lleno en las expectativas económicas. Hoy, el mayorista cedió 0,6% y quedó en $1.364, aunque el minorista sigue firme en $1.385.

 

Desde el Palacio de Hacienda aseguran que el Fondo Monetario está al tanto y dio luz verde. La aclaración no es menor: hace apenas tres días, Quirno había tenido que desmentir que se estuvieran usando dólares del FMI para contener la divisa, algo que trajo recuerdos del 2018, cuando Caputo fue eyectado del BCRA justamente por ese motivo.

El mercado, como siempre, mira de reojo. Analistas y operadores dudan de hasta dónde alcanza el margen del Tesoro para sostener esta estrategia sin que se les sequen las reservas líquidas. Por ahora, la señal es política: mostrar control en la semana más sensible del calendario electoral.

 

Habrá que ver si el volantazo alcanza para frenar la corrida o si apenas es un paréntesis en medio de la presión cambiaria. Lo cierto es que el Gobierno eligió entrar en la cancha de manera directa y, con el visto bueno del Fondo, busca ganar tiempo hasta el domingo.

 

En paralelo, no pocos se preguntan si este movimiento no puede traerle costos a futuro. Porque más allá del efecto inmediato, cada intervención erosiona munición y achica la capacidad de respuesta. En un país acostumbrado a que el dólar marque el pulso de la política, la apuesta oficial es clara: llegar a las urnas sin otro cimbronazo en el tipo de cambio.

 

 

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