Trump vs Powell: se recalienta la pelea por las tasas y Trump quiere echarlo
El presidente Donald Trump volvió a la carga contra Jerome Powell, jefe de la Reserva Federal, por no bajar las tasas de interés. La tensión entre ambos crece justo cuando se asoma una nueva batalla económica con efectos mundiales.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
Jerome Powell termina su mandato como presidente de la FED en mayo de 2026, aunque va a seguir como uno de los gobernadores del directorio hasta febrero del 2028. Con ese panorama, la pelea entre Trump y Powell está servida y se puso más picante después del discurso que dio Powell el 16 de abril en el Economic Club of Chicago.
Powell sostuvo que la economía está bastante sólida, pero no dejó de reconocer que hay nubarrones en el horizonte, sobre todo por la incertidumbre que están generando las políticas comerciales de Trump, en especial los nuevos aranceles que quiere meter.
“Por ahora, estamos bien posicionados para esperar a tener más claridad antes de movernos con los tipos de interés. Seguimos mirando los datos, viendo cómo pinta el panorama económico y tratando de balancear los riesgos. Sabemos que el desempleo alto o una inflación descontrolada pueden hacer mucho daño en las familias, las empresas, en todos lados. Vamos a seguir haciendo todo lo posible para lograr empleo pleno y precios estables”, dijo Powell, cerrando su discurso con tono diplomático.
Pero entre líneas dejó otras perlitas, especialmente sobre el impacto de los aranceles: “Cuando entendamos mejor los cambios en las políticas, vamos a tener más claro cómo afectan a la economía y a nuestra política monetaria. Es probable que los aranceles metan un empujón inflacionario, al menos por un tiempo. Y ese efecto podría durar más si no se maneja bien. La clave está en mantener bien ancladas las expectativas de inflación a largo plazo”.
Como era de esperarse, al otro día Trump salió con los tapones de punta. No le gustó nada el tono de Powell y le recriminó que no baja las tasas de interés. Incluso, según trascendió en varios medios, la Casa Blanca está analizando seriamente la posibilidad de echarlo. Bloomberg reportó que Kevin Hassett, asesor económico del gobierno, confirmó que el tema está “en estudio”.
No es la primera vez que Trump apunta contra la Fed. Ya a principios del mes le tiró con todo por Truth, diciendo que eran demasiado lentos para bajar las tasas. Y no se quedó ahí: calificó los informes del organismo como un “desastre total” y acusó a Powell de estar “jugando a la política”, sobre todo en comparación con el Banco Central Europeo, que ya aplicó varios recortes de tasas.
A todo esto, las empresas ya están sintiendo el impacto de la guerra comercial. Se empiezan a frenar los pedidos, cae la visibilidad y compañías como Nvidia ya están metidas hasta el cuello: por las nuevas prohibiciones para exportar chips H20 a China, la cual va a tener pérdidas por 5.500 millones de dólares.
¿Trump puede realmente echar al Presidente de la FED?
Acá viene lo jugoso. Según las reglas de la Reserva Federal, el presidente no puede echar al titular del organismo porque sí, menos por una cuestión política o por no coincidir en la estrategia económica. La ley dice que los miembros del directorio sólo pueden ser removidos “por causa justificada”. El tema es qué se entiende por “causa justificada”. Tiene que ser algo pesado, tipo corrupción, incapacidad total o alguna macana legal seria.
Expertos en derecho aseguran que no es tan fácil echar al presidente de la Fed, y el propio Powell ya dijo que no renunciaría si Trump se lo pide. Pero el solo hecho de que la Casa Blanca esté tanteando esa posibilidad ya hizo que muchos inversores empiecen a preocuparse. Una movida así sería vista como un ataque a la independencia del banco central, y eso podría generar un sacudón fuerte en los mercados.
Hasta ahora, nunca se echó a nadie de la presidencia de la Fed. Pero si Trump avanza con eso por diferencias políticas, no sólo habría un problema legal, sino que se pondría en jaque la confianza en todo el sistema.
Y si hay algo que los mercados odian, es la incertidumbre.