Powell prepara discurso en Jackson Hole: la inflación vuelve a ser la prioridad
El titular del banco central de EE:UU alista un nuevo marco de política que relega el enfoque de 2020 sobre el empleo inclusivo y retoma la idea de que sin precios estables no hay mercado laboral sólido.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
El viernes, Jerome Powell volverá a estar en el centro de la escena global. El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos presentará un documento que redefine la estrategia de la entidad y marca un giro respecto de lo que había sido el gran cambio de 2020: aquella apuesta a privilegiar el mercado laboral incluso a riesgo de tolerar un poco más de inflación. Cinco años después, con precios que escalaron tras la pandemia y la guerra en Europa, y con un mercado laboral mucho más firme, la Fed parece decidida a reordenar prioridades.
En la práctica, esto significa que el experimento de dar aire a la creación de empleo sin reaccionar de inmediato frente a presiones inflacionarias quedará en segundo plano. Powell ya lo adelantó en varias ocasiones: hoy el consenso interno es que sin estabilidad de precios no se puede sostener un mercado laboral fuerte. Una suerte de regreso al enfoque clásico de la Fed, aunque con aprendizajes de la última década.
Los resultados quedaron a la vista: la Fed tardó en reaccionar cuando los precios empezaron a trepar en 2021 y 2022, y terminó ajustando a toda velocidad después, con subas de tasas que llevaron la referencia a niveles no vistos en décadas. Hoy se ubica en un rango de 4,25%-4,50%, bastante más alta de lo que estuvo durante los largos años de tasas cercanas a cero.
El dilema político no es menor. En 2020, la Fed fue blanco de críticas de sectores republicanos que la acusaban de “woke” por poner sobre la mesa la inclusión laboral. Ahora, al girar de nuevo hacia un discurso de “inflación primero”, Powell busca blindar a la institución de esas disputas y dar un mensaje de prudencia. “Sin estabilidad de precios, no podemos lograr largos períodos de fuerte mercado laboral”, repitió en la última conferencia de prensa.
El trasfondo es que la economía de EE.UU. en 2025 no se parece en nada a la de 2020. La inflación ya no es un fantasma lejano sino un desafío real; el empleo, aunque con tensiones, está en niveles históricamente altos; y la Fed se encuentra con más margen de maniobra.
La gran incógnita será cómo recibe este cambio Wall Street y, sobre todo, los mercados emergentes que dependen del humor de la Fed. Una señal demasiado dura podría fortalecer al dólar y encarecer el financiamiento externo, mientras que un Powell moderado podría sostener expectativas de que la tasa no suba más y que incluso empiece a bajar en los próximos meses. Por ahora, la única certeza es que el viernes todos los ojos estarán puestos en Wyoming, esperando la hoja de ruta de la Reserva Federal para la segunda mitad de la década.