El principio del fin: ¿Por qué cayó el patrón Oro? | Dolarhoy.com
Oro|21 de febrero de 2022

El principio del fin: ¿Por qué cayó el patrón Oro?

Luego de ver el patrón Oro, examinamos las causas principales de su caída.

Por Simón Salas Seeber

 

La semana pasada, de la mano del autor liberal clásico, Murray Rothbard, comentamos en qué consistía el patrón Oro, resaltando las virtudes que aportaba al sistema (como la universalidad en la unidad de medida y el límite a la emisión monetaria, por ejemplo) y ejemplificando su uso histórico.

 

A pesar de todas las bondades de este estándar fundamentado en el oro, el sistema no prosperó, ¿Por qué? En esta segunda fase del desglose monetario de Occidente que propone Rothbard, el evento es el comienzo de la caída del Patrón Oro.

 

Según explica Rothbard en "¿Qué hizo el Gobierno con nuestro dinero?", la culpa es, justamente, de las autoridades gubernamentales: 

 

 

"El patrón Oro se rompió porque se confió a los gobiernos la tarea de mantener sus promesas monetarias, de velar por que las libras, los dólares, los francos, etc., fueran siempre canjeables en oro, tal como ellos y su sistema bancario controlado habían prometido. No fue el oro el que fracasó; fue la insensatez de confiar en que el gobierno cumpliera sus promesas".

 

 

Primera Guerra Mundial

La Primera Guerra Mundial (1914-1918) fue viable, en gran medida, gracias a que los Gobiernos inflaron su propia moneda, para así poder hacerle frente a los incontables gastos que requiere dicho suceso. Rothbard sugiere que "esta inflación fue tan grave que a los gobiernos beligerantes les resultó imposible mantener sus compromisos, por lo que salieron del "patrón oro", es decir, se declararon en bancarrota, poco después de entrar en guerra. Todos excepto Estados Unidos, que entró en la guerra tarde, y no infló la oferta de dólares lo suficiente como para poner en peligro su reembolso".

 

Las deudas que contrajeron los países beligerantes eran casi "incobrables", ya que la necesidad de comprar armamento, por ejemplo, los había llevado a emitir tanto dinero que al final el respaldo en Oro y, por ende, su valor era nulo. Por el otro lado, los neutrales se vieron enriquecidos gracias a la redención del oro por parte de los países beligerantes.

 

De hecho, según Wikipedia, se estima que Estados Unidos pasó de acaparar, en 1913, el 26% de las reservas mundiales de oro hasta el 39% en el año 1918 (fin de la Guerra). Además, antes de la Guerra (1913), más del 55% del PIB mundial era europeo, pero después de finalizada la misma (1918), el 45% era de los Estados Unidos.

 

¿Qué sucedió cuando los gobiernos admitieron que eran incapaces de demostrar el respaldo del Oro de su reciente emisión masiva? Aparte de EE.UU., relata Rothbard, "el mundo sufrió lo que algunos economistas aclaman ahora como el Nirvana de los tipos de cambio de libre fluctuación (ahora llamados "flotadores sucios") devaluaciones competitivas, bloques de divisas en guerra, controles de cambio, aranceles y cuotas, y la ruptura del comercio y la inversión internacionales. Las libras, los francos, los marcos, etc., inflados, se depreciaban en relación con el oro y el dólar; el caos monetario abundaba en todo el mundo".

 

La situación económica mundial era dramática, aunque había mucha conciencia de aquello. Rohbard cuenta que "en aquellos días había, afortunadamente, muy pocos economistas que saludaran esta situación como el ideal monetario. En general, se reconocía que la segunda fase era el umbral del desastre internacional, y los políticos y economistas buscaban formas de restaurar la estabilidad y la libertad del patrón oro clásico".

 

Los países comenzaron a emitir dinero fiduciario sin otro respaldo que la confianza de la gente, creando así una bola de dinero que se empezó a acumular, llevando a procesos hiperinflacionarios en toda Europa.

 

En el artículo del lunes que viene veremos qué sucedió con el orden monetario global, la gesta de la "Gran Depresión del 29" y la razón por la cual no se regresó a un patrón Oro clásico y su inevitable posterior fracaso.