EE:UU evalúa girar US$ 5.000 millones a la Argentina, pero duda hacerlo antes de las elecciones
El Tesoro norteamericano analiza adelantar el primer tramo del swap por US$ 20.000 millones. El desembolso serviría para reforzar reservas y afrontar vencimientos de deuda.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
El Gobierno argentino juega una carta clave en su estrategia financiera: conseguir un salvavidas de Washington antes de las elecciones. Según trascendió, la Secretaría del Tesoro de Estados Unidos evalúa enviar unos US$ 5.000 millones al Banco Central como primer tramo del swap anunciado por US$ 20.000 millones. Sin embargo, todavía no hay una decisión tomada sobre la fecha: el equipo de Scott Bessent prefiere ser prudente y no repetir experiencias fallidas, como la del crédito del FMI otorgado a Mauricio Macri en 2018, que terminó sin cumplir su objetivo político.
En el Tesoro estadounidense pesan las lecciones del pasado. Bessent sabe que los desembolsos apresurados pueden tener un impacto limitado si no hay estabilidad política. Por eso, su plan es ir liberando fondos a medida que venzan los compromisos de deuda con los bonistas. El próximo gran pago es en enero de 2026, cuando el Ministerio de Economía deberá cancelar cerca de US$ 4.000 millones de capital correspondientes a bonos heredados de la gestión Macri.
La discusión es política y técnica a la vez. Si el Tesoro estadounidense aprueba el envío, los US$ 5.000 millones ingresarían al Banco Central, pero su uso operativo recaería en el Ministerio de Economía. Ahí surge el dilema: Milei rechaza el uso de Letras Intransferibles —el mecanismo tradicional para transferir fondos del BCRA al Tesoro—, aunque por ahora no aparece otra herramienta viable para mover esos dólares sin alterar el balance de reservas.
En este escenario, las reservas del BCRA sumaron US$ 300 millones en los últimos días, un repunte que el mercado atribuye a compras del Tesoro local y al respaldo que llega desde Estados Unidos. En el Palacio de Hacienda confían en que el acuerdo con Washington incluirá no solo el swap, sino también un crédito adicional y la posible compra de bonos argentinos, parte de un paquete financiero más amplio que Caputo negocia desde hace semanas.
Desde el entorno de Milei admiten que el adelanto del swap sería un golpe de efecto político: mostraría apoyo de Estados Unidos y reforzaría el relato de un Gobierno con respaldo internacional. Pero en Washington hay cautela. Bessent evalúa cada paso con lupa, consciente de que una inyección de dólares previa a las urnas podría interpretarse como una jugada electoral.
Aun con las dudas, el diálogo entre los equipos técnicos sigue activo. Si el desembolso se concreta antes de fin de año, serviría como “prueba de vida” del acuerdo y como ancla de confianza para los mercados. El gran interrogante es si la Casa Blanca estará dispuesta a asumir ese riesgo político o si preferirá esperar a que pase la tormenta electoral para actuar con mayor certidumbre.
Por ahora, el Gobierno argentino apuesta a sostener el tipo de cambio con las compras del Tesoro y las liquidaciones del agro, mientras aguarda el gesto de Washington. En el corto plazo, el swap aparece como una pieza clave para reforzar reservas y garantizar los pagos de deuda en 2026, pero también como una señal política que Milei quiere mostrar antes de los comicios.
En la trastienda, el equipo económico busca cerrar los últimos detalles del paquete financiero. La esperanza oficial es que el respaldo norteamericano marque un quiebre en la relación con los mercados y permita dejar atrás la volatilidad de las últimas semanas. Sin embargo, todo dependerá de una decisión que se cocina lejos de Buenos Aires, en los despachos de Washington, donde la prudencia pesa tanto como la política