Preska volvió a fallar contra Argentina en el caso YPF y suma más tensión internacional
La jueza de Nueva York desestimó el pedido del Gobierno para frenar la entrega del 51% de las acciones de la petrolera.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
Otro cachetazo judicial para la Argentina en el caso YPF. La jueza Loretta Preska volvió a decirle “no” al Gobierno nacional, que había pedido suspender —aunque sea de forma temporaria— la ejecución de la sentencia que ordena entregar la mitad más una de las acciones de la petrolera a los demandantes. El fallo se mantiene firme, y el reloj corre: quedan 14 días para cumplir con lo dispuesto.
La noticia la confirmó el especialista en litigios internacionales Sebastián Maril, que sigue de cerca la causa y suele anticipar los movimientos del tribunal neoyorquino. El Ejecutivo había presentado un recurso conocido como stay, buscando ganar tiempo mientras continúa su defensa en los tribunales de EE.UU. Pero Preska no compró el argumento y ratificó su decisión: Argentina debe pagar los U$S 16 mil millones dictaminados o, en su defecto, transferir las acciones en cuestión.
Desde Casa Rosada ya adelantaron que no se van a quedar de brazos cruzados. Planean seguir litigando en todas las instancias posibles y hasta evalúan llevar el caso a la Corte Suprema de los Estados Unidos. En sus fundamentos, el equipo legal argentino insiste en que la orden viola leyes federales norteamericanas, la Ley de Inmunidades Soberanas (FSIA) y que la jurisdicción de Preska se excede por completo.
Además, apelan a una carta de apoyo del Departamento de Justicia norteamericano durante el gobierno de Donald Trump, que —aunque no es vinculante— suma peso político a la defensa nacional. También se advierte sobre el riesgo que implicaría sentar este precedente en cuanto a la jurisdicción de jueces extranjeros sobre decisiones soberanas.
A esta altura, todo indica que el caso YPF se convirtió en un verdadero callejón sin salida para la Argentina. Lo que comenzó como una estrategia de soberanía energética, hoy se transformó en un problema económico y diplomático de primer orden. El escenario es delicado y no hay margen para errores: cualquier paso en falso puede costar miles de millones y dejar al país sin una de sus empresas clave.
Mientras tanto, en los pasillos del poder reina el nerviosismo. Nadie quiere ser el funcionario que aparezca en los libros de historia como el que perdió YPF. Pero lo cierto es que el tiempo corre, y con cada día que pasa, la soga aprieta un poco más y la jueza Loretta Preska parece empeñada en ir contra nuestro país.