Trump anuncia aranceles del 30% a México y la Unión Europea a partir del 1 de agosto
El presidente estadounidense impone nuevos gravámenes a México y la UE, manteniendo abierta la posibilidad de negociación para ajustar o eliminar los aranceles.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, informó este sábado su decisión de aplicar aranceles del 30% a los productos importados desde México y la Unión Europea (UE) a partir del 1 de agosto de 2025, aunque señaló que está dispuesto a negociar posibles modificaciones. En su red social Truth Social, Trump compartió cartas dirigidas a ambos bloques, anunciando los nuevos gravámenes, en línea con medidas similares adoptadas recientemente contra una veintena de países, entre ellos Brasil.
Desde que retomó la presidencia en enero, México ha sido uno de los primeros afectados con aranceles que inicialmente alcanzaron el 25%, impuestos para presionar al país a frenar el tráfico de fentanilo y la inmigración ilegal. Sin embargo, muchos de estos impuestos fueron suspendidos para facilitar el diálogo.
Trump justificó la medida señalando que "México me ha estado ayudando a garantizar la seguridad de la frontera, pero, lo que México ha hecho, no es suficiente" y agregó que "aún no ha detenido a los cárteles que tratan de convertir a toda América del Norte en un patio del narcotráfico". El presidente estadounidense advirtió que si México responde con represalias, estas serán sumadas al arancel del 30%. Además, criticó las "políticas arancelarias" y "barreras comerciales" mexicanas que, según él, perjudican a Estados Unidos.
Un funcionario estadounidense indicó que la exención del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC) probablemente se mantendrá para México y Canadá, aunque Trump aún no ha decidido si aplicará un arancel del 35% a este último país. Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su confianza en alcanzar un acuerdo en "mejores condiciones" antes del 1 de agosto. El gobierno mexicano aseguró que se enteró de la medida durante una reunión negociadora en Washington y calificó el anuncio como "un trato injusto".
En cuanto a la Unión Europea, el arancel del 30% supera el 20% anunciado en abril y podría impactar sectores clave como automóviles, medicamentos, aviones y vinos. Trump justificó la medida debido al déficit comercial estadounidense con los 27 países del bloque.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, advirtió que estos aranceles "alterarían las cadenas de suministro transatlánticas esenciales" y manifestó disposición para continuar negociando un acuerdo, aunque no descartó represalias si fuera necesario. Trump amenazó anteriormente con imponer tarifas del 20% a productos europeos en abril y aumentarlas al 50% en mayo, pero pospuso su aplicación hasta agosto. Las negociaciones hasta ahora se han basado en aranceles del 10% con ciertas excepciones.
El mandatario estadounidense condicionó posibles ajustes en las tarifas a que la UE abra su mercado estadounidense y elimine barreras comerciales: "Si están dispuestos a abrir su mercado cerrado a los Estados Unidos, a eliminar sus derechos de aduana, sus medidas proteccionistas y los obstáculos al comercio, consideraremos, eventualmente, ajustes". En 2024, Estados Unidos registró un déficit comercial de USD 236.000 millones con la UE, que exportó USD 606.000 millones en bienes al país norteamericano. Irlanda y Alemania son los países europeos más expuestos, debido a sus sectores farmacéutico y automotriz, respectivamente. Francia teme un impacto en su industria vitivinícola, mientras que España prevé afectaciones en electrodomésticos y alimentos. El presidente francés, Emmanuel Macron, llamó a la Unión Europea a defender "categóricamente los intereses europeos" frente a esta medida.
Desde enero, Trump ha implementado sobretasas tanto a aliados como a rivales comerciales, generando incertidumbre en los mercados financieros y temores sobre una posible recesión global. Hasta ahora, solo ha concretado acuerdos con Reino Unido y Vietnam. Expertos económicos advierten que estas tarifas pueden frenar el crecimiento mundial y aumentar la inflación interna en Estados Unidos, complicando el panorama económico global.