Biden quiere prohibir el hardware y software chino en autos que circulen en EEUU

La pelea entre el Gobierno estadounidense y los fabricantes de los automóviles eléctricos chinos suma un nuevo capítulo. 

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Lunes 23 de septiembre del 2024 a las 4:58 pm

 

Estados Unidos está evaluando una medida que podría sacar a los autos chinos de sus rutas. La propuesta fue presentada por el Departamento de Comercio de EE. UU., y apunta a prohibir el uso de software y hardware chino en los vehículos conectados que circulen en el país, todo por razones de seguridad nacional. La preocupación es que los autos conectados a Internet, fabricados por empresas chinas, puedan ser usados para espiar o incluso ser manipulados a distancia, lo que pondría en peligro a los conductores estadounidenses.

 

El gobierno de Joe Biden quiere evitar que la tecnología china se vuelva un problema grave en el futuro, especialmente en lo que respecta a los vehículos autónomos y los datos que estos manejan. Según la propuesta, la prohibición del software chino entraría en vigor en 2027, mientras que la del hardware sería en 2030. Además, afectaría no solo a China, sino también a otros países con los que EE. UU. tiene tensiones, como Rusia.

 

La normativa incluiría a todos los autos que circulan por rutas estadounidenses, pero dejaría fuera a vehículos agrícolas, mineros, drones y trenes. A su vez, las automotrices estadounidenses como General Motors y Ford tendrían que eliminar cualquier componente chino de sus autos si quieren seguir vendiéndolos en EE. UU.

 

El impacto sería significativo, ya que actualmente la mayoría de los autos nuevos cuentan con conexión a Internet, lo que los hace vulnerables a posibles ataques. Sin embargo, desde la Casa Blanca aseguran que están actuando ahora para prevenir problemas más grandes en el futuro. Por otro lado, China no tardó en responder, pidiendo que se respete la competencia justa y advirtiendo que defenderá sus derechos.

 

Esta es una jugada más en la escalada de tensiones entre Estados Unidos y China, especialmente en el sector tecnológico y automotriz. Los próximos meses serán clave para ver cómo evoluciona esta situación y si la propuesta se convierte en realidad.

 

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