Los tokens más riesgosos del mundo siguen cayendo

A diferencia de ciclos pasados, esta vez el repunte de Bitcoin no arrastró al resto consigo.

Por Gonzalo Andrés Castillo

Redactor especialista en finanzas y mercado de capitales

Hace 1 hora

El segmento más arriesgado del mercado cripto atraviesa una de sus peores rachas, incluso para los estándares volátiles que caracterizan a esta industria. Las altcoins —todo lo que no es Bitcoin— se hunden en medio del retiro de los inversores minoristas, cada vez más golpeados por pérdidas profundas y por la creciente percepción de que el terreno está inclinado en su contra.

 

Desde comienzos de octubre, la caída se ha acelerado. Un índice de MarketVector que agrupa 50 tokens de mediana y baja capitalización acumula un desplome cercano al 70% en lo que va del año, ubicándose en niveles no vistos desde 2020. En conjunto, las altcoins han borrado cerca de USD 200.000 millones en valor desde el pico del mercado.

 

A diferencia de ciclos pasados, esta vez el repunte de Bitcoin no arrastró al resto consigo. La “marea minorista” que impulsó memecoins, tokens temáticos y proyectos dudosos se disipó. Cuando el mercado volvió a caer, las altcoins sufrieron mucho más: Dogecoin, por ejemplo, perdió alrededor del 50% desde septiembre.

 

La competencia por la atención minorista es ahora feroz. Opciones de vencimiento ultracorto, acciones tecnológicas especulativas, ETF apalancados y mercados de predicción ofrecen movimientos más rápidos y comprensibles para muchos operadores. En un universo saturado por miles de monedas —desde bromas hasta experimentos de blockchain abandonados— se alza la duda sobre cuántas sobrevivirán.

 

El antiguo motor especulativo, basado en comprar temprano y esperar que otros llegaran después, está exhausto. Los precios ya no suben solo por inercia. Los inversores empiezan a evaluar los tokens como si fueran empresas: usuarios, ingresos y productos reales cuentan más que nunca. La adopción de criterios tradicionales resulta perturbadora para un sector acostumbrado a narrativas únicas.

 

Al mismo tiempo, plataformas antes dedicadas a canalizar capital hacia altcoins han diversificado su oferta. Robinhood impulsa apuestas deportivas, Gemini prepara mercados de predicción y proyectos de finanzas descentralizadas permiten apostar sobre índices o acciones las 24 horas. Además, miles de millones han fluido hacia los ETF de Bitcoin, reduciendo el capital disponible para activos más riesgosos.

 

Muchos traders han migrado hacia productos vinculados a compañías reales, atraídos por valoraciones más claras y menos saturación especulativa. También pesa la avalancha de nuevos tokens lanzados este año, que inundó la oferta y frenó cualquier intento de recuperación.

 

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