Jeannette Jara ganó la primera vuelta en Chile, pero todo se definirá en el balotaje

La candidata del oficialismo se impuso por un margen corto y enfrentará a José Antonio Kast el 14 de diciembre. La derecha ya cerró filas y los analistas ven el panorama muy complicado para el oficialismo.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 0 horas

Tal como se venía anticipando, Jeannette Jara se quedó este domingo con la primera vuelta de las presidenciales chilenas. La postulante de Unidad por Chile, militante del Partido Comunista, sacó un 26,85% y dejó atrás por poco al liberal-conservador José Antonio Kast, que terminó segundo con 23,92% y ya encara el balotaje como favorito.

 

En el oficialismo no sobran las ilusiones: la mayoría de los analistas coincide en que a Jara se le hace cuesta arriba revertir esta diferencia. Para Kast el escenario se despejó rápido, porque los otros dos candidatos de derecha —Johannes Kaiser y Evelyn Matthei— no tardaron en felicitarlo y sumarse a su proyecto rumbo a la segunda vuelta.

 

La sorpresa de la jornada fue Franco Parisi, el independiente del discurso antisistema, que dio el batacazo y quedó tercero con 19,71%. Kaiser terminó cuarto con 13,94% y Matthei, que hasta hace no tanto era la gran apuesta del sector, quedó sexta con 12,06%. El resto de los postulantes no pasó del 2%.

 

La noche política chilena confirmó lo que se veía venir: una derecha que llegó dividida a las urnas ahora se muestra compacta y decidida a acompañar a Kast. Del otro lado, Jara intentó levantar el ánimo de su militancia con un discurso en el centro de Santiago donde pidió “no dejar que el miedo congele los corazones” y apuntó contra su rival por “esconderse detrás de vidrios blindados”.

La campaña estuvo marcada por el debate sobre la seguridad en un país que, aun siendo de los más seguros de la región, atraviesa un aumento del crimen que la oposición explotó a fondo. Kast centró su discurso en deportaciones masivas, mano dura y un “escudo fronterizo”, mientras que Jara se vio obligada a desplazar sus propuestas sociales para responder sobre delincuencia.

 

Boric, en su rol institucional, saludó la alta participación en esta primera presidencial con voto obligatorio y felicitó a los dos candidatos que avanzan al duelo final. Pero la mala imagen del Gobierno —que supera el 60% negativo— sigue siendo un lastre difícil de esquivar para el oficialismo.

 

De cara al 14 de diciembre, el interrogante pasa por el destino de los votos de Parisi, clave para cualquiera de los dos. En paralelo, Chile también renueva la Cámara de Diputados y la mitad del Senado, en una elección histórica por su magnitud y por lo que puede significar: la llegada, por primera vez desde el fin de la dictadura, de un gobierno de extrema derecha a La Moneda.

 

A partir de ahora se abre una campaña corta pero intensa, donde el clima de seguridad, la desconfianza hacia la clase política y el desgaste del Gobierno marcarán el pulso del debate. El desafío para Jara será encontrar aire en un escenario adverso y lograr que su mensaje conecte con un electorado que hoy parece inclinarse hacia el cambio que promete Kast.
 

 

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