Paro de colectivos en el AMBA: choferes de algunas líneas frenaron los servicios por falta de pago

Una parte de las empresas no depositó el 50% restante del salario de noviembre y la UTA activó una suspensión de tareas desde la medianoche. El gremio exige que se regularicen los sueldos y pidió la intervención del Gobierno.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 0 horas

El arranque del viernes fue un caos para miles de pasajeros del AMBA que se encontraron sin colectivos en varias líneas. La suspensión de tareas convocada por la UTA se activó a las 00.00, luego de que varias operadoras no pagaran el 50% pendiente de los sueldos de noviembre. Desde esa hora, los choferes de cada compañía que mantiene haberes atrasados dejaron de salir a la calle.

 

La medida se formalizó tras un comunicado que el sindicato difundió el jueves a la noche. Allí, firmado por su secretario general, Roberto Fernández, se avisaba que, “al no verificarse el pago del salario”, se procedería a una retención de tareas en todas las líneas con deudas, y que el paro se mantendría “hasta que el sueldo esté completamente acreditado”. En la misma nota, la UTA fue tajante: el salario es el sostén económico de cada familia y, sin ese derecho básico garantizado, “los choferes no pueden seguir prestando servicio”.

 

El reclamo se da justo en una semana en la que también impactó un nuevo aumento del transporte. Con el último ajuste, el boleto mínimo quedó en $593,52 en la Ciudad, $658 en el conurbano, y $494,83 en las líneas de jurisdicción nacional. Este esquema mixto generó más confusión y alimentó la bronca entre los usuarios que, además de pagar más, hoy directamente no pudieron viajar.

 

Mientras tanto, la UTA pidió una reacción urgente del Gobierno. El gremio reclamó que se utilicen “todas las herramientas legales y administrativas” para evitar que el conflicto escale y termine afectando todavía más a los trabajadores, las empresas y a toda la población que depende del colectivo para moverse.

 

El paro no golpeó a todas las líneas por igual. Entre las que están completamente frenadas figuran la 22, 28, 44, 101, 153, 159, 172, 174, 219, 242, 253, 298, 300, 317, 321, 324, 372, 383, 583, 584, 603, 619 y 624. En Florencio Varela también quedaron paralizadas la 500, 501, 502, 504, 506, 507 y 508. En cambio, la empresa El Nuevo Halcón avisó que opera con normalidad porque abonó todos los sueldos, y la línea 60 —del grupo DOTA— también circula sin inconvenientes.

El conflicto expone una vez más la fragilidad del sistema de transporte metropolitano, donde las tarifas, los subsidios y los costos operativos se cruzan en una ecuación que hace tiempo no cierra para nadie. Para los choferes, el límite es claro: sin salario completo, no hay servicio posible. Y para los usuarios, la incertidumbre se volvió rutina, sin saber si el próximo aumento alcanzará para sostener un sistema que cada mes parece estar al borde del colapso.

 

En el Gobierno temen que este escenario se repita si no se ordena la cadena de pagos y se estabiliza la relación entre los subsidios y los ingresos de las empresas. La intervención estatal, reclamada por la UTA, podría aparecer en las próximas horas, aunque sin garantías de una solución inmediata. Por ahora, el pulso entre gremio, empresas y Estado mantiene a miles de pasajeros rehenes de un conflicto que parece lejos de cerrarse.

 

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