Chevron finaliza la compra de Hess por US$ 45.685 millones tras arbitraje favorable frente a Exxon
La petrolera estadounidense cerró la compra por más de US$ 45.000 millones tras un fallo clave en el arbitraje contra Exxon. Así, refuerza su presencia en uno de los yacimientos offshore más codiciados del mundo.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
Chevron finalmente concretó la compra de Hess Corporation en una operación que alcanzó los 45.685 millones de dólares, luego de destrabarse un conflicto legal clave con ExxonMobil por los activos de Guyana. El arbitraje internacional falló a favor de Chevron y eso terminó de allanar el camino para cerrar una de las fusiones más importantes del sector energético de los últimos años.
El acuerdo, que había sido anunciado en octubre de 2023 por un valor estimado en 53.000 millones, incluye un canje de acciones: los accionistas de Hess recibirán 1,0250 acciones de Chevron por cada una que posean. Además, la petrolera planea emitir más de 300 millones de acciones ordinarias para completar la operación, mientras que las acciones de Hess que ya tenía en su poder quedaron anuladas sin compensación.
Desde Exxon aseguraron que respetan la decisión, aunque dejaron claro su desacuerdo. “Teníamos que defender los términos contractuales, no solo por nosotros, sino para que no se siente un mal precedente para toda la industria”, remarcaron desde la compañía, que compartía el proyecto con Hess y la firma estatal china.
Con la operación ya cerrada, el ex CEO de Hess, John Hess, se sumará al directorio de Chevron, siempre que reciba el visto bueno interno. La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos ya levantó las restricciones que lo impedían.
Según Mike Wirth, actual CEO de Chevron, esta fusión “reúne lo mejor de la industria” y va a potenciar el crecimiento de la empresa en los próximos años. De fondo, lo que hay es una apuesta fuerte por Guyana, que viene ganando peso como polo energético y se perfila como uno de los territorios más rentables del sector a nivel global.
Con esta jugada, Chevron se asegura un lugar de privilegio en uno de los desarrollos offshore más prometedores del mundo, y deja en claro que la pelea por el futuro del petróleo no solo se libra en los pozos, sino también en los tribunales.