Redrado: “La ayuda de Estados Unidos compra tiempo, pero no resuelve los problemas de fondo”
El expresidente del Banco Central advirtió que la estabilidad cambiaria durará hasta las elecciones y reclamó al Gobierno definir una agenda legislativa con los gobernadores para generar dólares genuinos y sostener la recuperación.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
Martín Redrado analizó el momento económico con un mensaje claro: calma hasta las elecciones, pero preocupación por lo que viene después. Según el ex titular del Banco Central, la reciente asistencia financiera de Estados Unidos “solo compra tiempo” y no soluciona los desequilibrios estructurales de la economía.
En diálogo con Clarín, Redrado explicó que la movida del Tesoro norteamericano responde a un escenario global. “Que en vez de decir ‘es la economía, estúpido’, hoy ‘es la geopolítica, estúpido’”, planteó el economista, destacando que la ayuda se enmarca en la disputa entre Washington y Beijing por la influencia en América Latina.
“Estados Unidos se ha dado cuenta que para no perder influencia en América Latina tiene que poner plata, financiamiento, que es lo que le ha permitido a China avanzar en los últimos 15 años sobre la región”, sostuvo. Según su visión, la asistencia anunciada tras la intervención del Tesoro y la inminente visita de Javier Milei a Washington debe entenderse más como un puente financiero que como una solución definitiva.
“Lo más importante es que desde Washington se van a generar todos los mecanismos para el pago de la deuda argentina”, adelantó Redrado, quien consideró que el Tesoro garantizará el rollover de la deuda mientras el país no tenga acceso al mercado internacional de capitales.
De todos modos, el economista marcó los límites del apoyo externo. “Si no empezás a generar dólares de exportación o inversión, lo de Bessent puede ser otro puente de seis meses como lo del FMI. El Tesoro no pondrá plata siempre si la balanza de servicios genera un déficit de US$ 11.000 millones”, alertó.
En ese sentido, recordó que las asistencias anteriores —como el blanqueo de US$ 20.000 millones de agosto y el puente financiero del FMI en abril— “solo compraron tiempo”, sin atacar el verdadero problema: la falta de divisas genuinas.
Redrado también insistió en que el mayor desafío del Gobierno pasa por la sostenibilidad social del plan económico. “El incentivo para el Gobierno es que hay mucha gente en Argentina que se está quedando afuera de este proceso y sobre todo en los grandes centros urbanos como el Conurbano”, advirtió, marcando la desigualdad entre los sectores beneficiados —campo, energía, minería e inteligencia artificial— y el resto de la población.
Para Redrado, tocar el tipo de cambio sin antes construir un marco político sólido sería repetir errores del pasado. Propuso avanzar hacia “un sistema de libre flotación con acumulación de reservas y tipo de cambio único”, pero recién después de concretar reformas que impulsen la productividad y la competitividad.
En el cierre, el ex titular del BCRA hizo una advertencia con tono de experiencia. “Lo que aprendí de mi experiencia con los Kirchner es que la interferencia de la política con el Banco Central lleva a una pérdida de credibilidad de la política económica y una vez que esa credibilidad se pierde es difícil restaurar la confianza, con lo cual lo que sigue es incertidumbre sobre el país”, reflexionó.
Entre los economistas cercanos al oficialismo y la oposición coinciden en que el diagnóstico de Redrado no es exagerado: el próximo desafío no será solo financiero, sino político. Sin consensos claros y sin generación de dólares reales, cualquier alivio temporal —por más millones que vengan de Washington— podría desvanecerse tan rápido como llegó