El Gobierno redefine los subsidios a la energía: habrá más aumentos desde enero

A partir del 1° de enero de 2026 cambia por completo el esquema de ayuda para luz, gas y garrafas. Se elimina la segmentación por ingresos y se pasa a un modelo más acotado, que dejará sin subsidios a 7,5 millones de hogares. El objetivo oficial es bajar el gasto y seguir con el ajuste fiscal.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 0 horas

El Gobierno confirmó que desde el Año Nuevo entrará en vigencia un rediseño total de los subsidios energéticos en todo el país. La idea central de Economía es que la asistencia llegue “solo a quienes realmente la necesitan”, lo que en la práctica implica nuevos aumentos en las boletas y un recorte fuerte del gasto público para 2026.

 

El impacto será significativo: unas 7.500.000 familias —el 45% de la población— perderán por completo los subsidios. Los otros 9,1 millones de hogares seguirán recibiendo ayuda, pero con límites más estrictos y bloques de consumo que cambiarán según la estación del año.

 

El Ejecutivo abrirá en los próximos días una consulta pública online y aspira a ahorrar unos US$ 1.000 millones el próximo año. Con el nuevo esquema, los subsidios pasarán del 0,65% del PBI en 2025 al 0,5% en 2026.

 

Se termina la segmentación y llega el SEF

 

El Gobierno dará de baja el sistema de tres niveles (N1, N2 y N3) que rige desde 2022 y lo reemplazará por un régimen más simple: hogares con subsidios y hogares sin subsidios.

 

No tendrán subsidios las familias que superen las tres canastas básicas (hoy unos $3,6 millones mensuales) o que cuenten con 3 o más autos de menos de 5 años, 3 o más propiedades, o embarcaciones o aeronaves de lujo. El resto mantendrá asistencia.

Con este cambio, los actuales hogares N1 —hoy considerados de ingresos altos— pasarán a pagar el 100% del costo tanto de la electricidad como del gas. Además, unas 140.000 familias N3 también quedarán afuera.

 

Los usuarios con subsidio pagarán bloques de consumo más acotados:

 

300 kWh por mes en verano e invierno.

 

150 kWh mensuales en primavera y otoño.

 

Sobre esos bloques, pagarán el 50% del costo real, más una bonificación extra del 25% que durará solo en enero y se irá reduciendo hasta desaparecer a fin de año. Hoy, el costo promedio del sistema eléctrico ronda los US$ 75 por MWh, que será el valor pleno para quienes no tengan subsidio.

 

El precio mayorista del gas se unificará en US$ 3,80 por millón de BTU durante los doce meses. Esto implicará un aumento respecto del verano actual, pero una baja respecto del invierno. Para los hogares con subsidios, el Estado cubrirá la mitad del costo entre abril y septiembre.

 

No habrá que reinscribirse para recibir la ayuda: el Gobierno usará las bases de datos ya existentes, aunque los usuarios podrán actualizar su información si lo necesitan.

 

Con este esquema, el Gobierno estima que en verano el 66% de los hogares pagará menos de $44.000 por la luz, y el 81% menos de $67.000. En gas, durante el invierno, el 56% pagará menos de $14.000 y el 75% menos de $56.000.

 

Si bien en el Gobierno aseguran que el nuevo modelo es “más justo y más transparente”, en las asociaciones de usuarios ya anticipan cuestionamientos y preparan reclamos administrativos. Señalan que la eliminación de la segmentación deja afuera a sectores que, aunque no son pobres, tampoco tienen ingresos suficientes para afrontar el costo pleno de los servicios.

 

En paralelo, las distribuidoras eléctricas y gasíferas miran con atención el ajuste. Según explican, el rediseño podría mejorar la cobrabilidad, pero advierten que si la quita de subsidios no viene acompañada de una actualización en los ingresos de las familias, aumentará la morosidad y se complicará el equilibrio financiero del sistema.

 

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