Llegan dólares del FMI: refuerzo para las reservas y alivio parcial en el frente cambiario
El Gobierno recibe este lunes un nuevo desembolso por u$s2.000 millones del Fondo Monetario. El acuerdo avanza con advertencias: el FMI pidió más acumulación de divisas y reglas claras para la política monetaria.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
En medio de una economía que viene caminando por la cornisa, el Gobierno nacional recibe este lunes u$s2.000 millones del FMI, parte del acuerdo de Facilidades Extendidas (EFF) firmado en abril. La idea es clara: reforzar reservas y cumplir con compromisos urgentes, en especial con el mismo Fondo, al que hay que girarle unos u$s824 millones en concepto de intereses y comisiones. O sea, casi la mitad del dinero entra por una ventanilla y sale por otra.
Con este nuevo aporte, el organismo ya giró u$s14.000 millones de los u$s20.000 millones acordados. Según Economía, fue clave para frenar la sangría de reservas y ponerle un freno al salto del dólar. A cambio, claro, hubo que ceder: se abandonó el crawling peg del 1% mensual, se aflojó un poco el cepo y se habilitó una banda de flotación entre $1.000 y $1.400 por billete verde.
En ese marco, también se modificó la frecuencia de las revisiones: ahora serán cada seis meses en vez de trimestrales. Una señal de que el Fondo entiende que la situación es frágil, con tasas volando, dólar a los saltos y un mercado que no termina de confiar en el rumbo.
El Fondo puso el foco en un dato sensible: Argentina está entre los emergentes con menos reservas y pidió que el Banco Central se mueva más para acumular divisas, como hacen Chile, Colombia o México. También advirtió sobre un posible déficit de cuenta corriente de u$s11.800 millones en 2025, muy por encima del número proyectado para este año.
Además, el organismo marcó que el superávit comercial se está desinflando por la suba de importaciones tras la liberalización. Si bien en junio hubo una leve baja del 3%, podría responder a una caída de la demanda interna y a que el peso perdió cerca del 15% de valor real desde abril.
Por su parte, Kristalina Georgieva volvió a insistir en la necesidad de mantener una política monetaria dura, sin lugar para aventuras. Pidió reglas más claras y estables, menos volantazos, y medidas que le den previsibilidad al mercado y a la economía en general. En resumen: si quieren que los dólares sigan llegando, hay que mostrar orden.
Lo cierto es que este nuevo desembolso llega con sabor a alivio momentáneo. Ayuda, sí. Pero no resuelve. El desafío de fondo sigue siendo el mismo: generar dólares propios, dar señales claras y recuperar la confianza de un mercado que ya no compra más humo.