Kicillof logró que aprueben la ley de endeudamiento a cambio de un reparto de cargos
Después de una madrugada larguísima de rosca fina, el gobernador consiguió que la Legislatura bonaerense le habilite más de USD 3.500 millones para encarar 2026. A cambio, hubo cargos, fondos para los municipios y un reacomodamiento interno que dejó a todos con algo en la mano.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
Axel Kicillof tuvo que mostrar un menú bastante generoso para destrabar el visto bueno al nuevo endeudamiento que venía pidiendo hace semanas. Entre ofrecimientos, cargos y algunas concesiones internas, terminó cerrando un acuerdo que recién se selló pasadas las tres de la mañana de este jueves, cuando Diputados aprobó la autorización con el apoyo de dos tercios de la Cámara. Un rato después, el Senado bonaerense también lo acompañó y dejó el trámite cerrado.
La negociación venía intensa desde el miércoles a la noche. El oficialismo y las distintas tribus opositoras se sentaron a ajustar los últimos detalles de un entendimiento que incluyó sillones en áreas del Estado y un fondo especial para repartir entre los 135 municipios. Con eso sobre la mesa, el gobernador consiguió el instrumento que venía buscando: margen político y financiero para manejar la Provincia en 2026, ejecutar el Presupuesto votado recientemente y, en paralelo, seguir construyendo su proyecto con miras a 2027.
En esa Cámara se administra un presupuesto gigantesco, de unos $234.000 millones. La jefatura del bloque de Fuerza Patria quedó en manos de Facundo Tignanelli, representante de Máximo Kirchner y encargado de manejar los famosos “módulos”, es decir, los recursos internos de la bancada mayoritaria.
La otra parte del acuerdo involucró a la oposición. Kicillof aceptó proponer a Matías Ranzini (PRO), Marcelo Daletto (UCR-Cambio Federal) y Fernando Rozas (libertarios dialoguistas) como directores del Banco Provincia. A eso se suman cambios pendientes que dejarían espacio para Javier Osuna, exintendente massista, y Javier Bordoni, del Movimiento Derecho al Futuro. Además, se habilitaron lugares administrativos para el radicalismo de Lousteau y para integrantes del propio Frente Fuerza Patria.
También hubo movimiento en otros organismos estatales. Sectores opositores ocuparán lugares en el Consejo General de Educación y en el Tribunal Fiscal, donde había ocho vacantes. La discusión por los casilleros de la Suprema Corte quedó para más adelante, ya que el gobernador buscó mantenerla fuera de esta pulseada presupuestaria.
El cierre definitivo llegó con el paquete destinado a los intendentes: hasta el 8% del total del endeudamiento, que equivaldría a unos $350.000 millones. El reparto se haría en cuotas, extendiéndose hasta mediados de 2027, y con la obligación para la Provincia de garantizar más del 60% de los fondos, aun si la deuda finalmente no se toma.
En los pasillos de la Legislatura quedó la sensación de que Kicillof jugó fuerte para asegurarse el año que viene con cierta estabilidad política. Sabe que 2026 será clave para ordenar números, sostener obra pública y mantener en pie a los municipios, que vienen con los recursos ajustados.
El acuerdo, más allá de lo costoso, también reconfigura el mapa político bonaerense. Intendentes, camporistas, massistas, radicales y macristas lograron un pedazo del tablero. El gobernador, por su parte, se llevó la herramienta que necesitaba para cerrar su segundo mandato sin sobresaltos y seguir alimentando su proyección hacia 2027.
