Casi el 50% de los argentinos sufre de "estrés económico"

Entre los hogares de sectores bajos, 7 de cada 10 sufren estrés económico. En los sectores medios, esa proporción baja a 3 de cada 10.

Por Gonzalo Andrés Castillo

Redactor especialista en finanzas y mercado de capitales

Hace 1 hora

Aún cuando la inflación empezó a desacelerarse, el “estrés económico” (es decir, la sensación de que los ingresos familiares no alcanzan para cubrir necesidades básicas) afecta hoy a cerca del 47% de la población argentina. Esto significa que casi uno de cada dos hogares siente que no dispone de ingresos suficientes. 

 

Según un informe de la Universidad Católica de Argentina (UCA), aunque hubo una mejora leve (en 2024 el estrés alcanzaba al 50% de la población), los niveles actuales se parecen a los observados en 2022–2023, cuando la crisis fue muy fuerte. 

 

El impacto varía según la situación socioeconómica: entre los hogares de sectores bajos, 7 de cada 10 sufren estrés económico. En los sectores medios, esa proporción baja a 3 de cada 10. 

Una de las razones claves es que los salarios registrados siguen estancados en niveles similares a los de 2009–2010, sin mejoras reales pese a la estabilización reciente de la economía. 

 

Respecto de la pobreza y las carencias económicas: durante la crisis entre 2023 y 2024, el deterioro fue fuerte. Con la desaceleración de los precios, más ingresos reales, mayores transferencias y empleo informal, hubo una leve recuperación en los indicadores de privación. Pero esta mejora no representa aún un cambio estructural duradero, ya que los niveles están más cerca de los de 2022/2023 o incluso 2018/2019. 

 

Finalmente, la capacidad de ahorro sigue muy limitada: sólo entre el 8% y 16% de los hogares dice poder guardar parte de sus ingresos. Esa proporción cayó de manera constante desde 2010. Aunque hubo un leve repunte en 2024–2025, volvió a niveles similares a los de 2022–2023.

 

Hoy alrededor del 83% de los hogares no tiene margen para ahorrar. Esa posibilidad sigue concentrada sobre todo en sectores medio-altos, y existe una gran brecha entre familias con y sin hijos.

 

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