El kirchnerismo de CABA busca prohibir el uso de Uber, Didi y Cabify en la Ciudad
La iniciativa busca prohibir autos particulares en Uber, Cabify y Didi, además de sumar más regulaciones. El texto avanza con el apoyo de los gremios taxistas y genera críticas por su impacto directo en la movilidad cotidiana.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
Un proyecto presentado en la Legislatura porteña por el kirchnerismo volvió a encender la discusión sobre las apps de movilidad en la Ciudad. La propuesta, impulsada por el legislador Alejandro Grillo, plantea prohibir que autos particulares trabajen en plataformas como Uber, Cabify y Didi, una medida que podría recortar de manera drástica la cantidad de vehículos disponibles para los usuarios que dependen de estos servicios todos los días.
El texto se vende como una reforma “moderna” del Código de Tránsito y Transporte, pero en la letra chica aparecen restricciones que van a contramano de cualquier intento de aggiornamiento. La iniciativa exige que solo puedan operar autos “habilitados” con choferes registrados bajo relación laboral formal, dejando afuera a miles de conductores independientes que encontraron en estas apps una fuente de ingreso estable.
Mientras el proyecto espera tratamiento en comisión, la discusión avanza con el aplauso de los gremios del sector taxista, que históricamente se enfrentaron a las plataformas digitales. Para ellos, esto es una oportunidad para recuperar terreno. Para los usuarios, en cambio, sería un retroceso: menos autos circulando, más demoras y tarifas que inevitablemente se dispararían en las horas pico si la reforma se aprueba tal cual está planteada.
Lo más llamativo es que, una vez más, el kirchnerismo empuja ideas que parecen desconectadas de la vida real de la gente. En vez de discutir cómo mejorar el transporte o facilitar que más actores compitan en igualdad de condiciones, optan por un esquema restrictivo que recorta opciones y castiga a quienes eligen moverse de manera práctica. No es la primera vez que priorizan intereses corporativos por encima de las necesidades de los usuarios, y este proyecto vuelve a repetir esa lógica.
Sumado a eso, la propuesta dejaría sin trabajo a miles de choferes de apps de movilidad, los cuales dependen de los ingresos obtenidos de los viajes. En lugar de abrir el juego y simplificar regulaciones, avanza en la dirección contraria: más burocracia, menos alternativas y un impacto negativo directo en el bolsillo y el tiempo de los ciudadanos. Si la idea era mejorar el sistema, el camino elegido por el kirchnerismo parece llevar exactamente al lado opuesto.
