Inflación de abril: restaurantes y hoteles lideran el aumento de precios
El INDEC reportó que la inflación en abril alcanzó el 2,8%, destacándose el aumento del 4,1% en Restaurantes y hoteles. Rubros como prendas de vestir y alimentos también subieron, mientras que muchas verduras registraron caídas.
La reciente información del INDEC revela que en abril, la división de Restaurantes y hoteles se posicionó como la de mayor incremento en precios, con un aumento del 4,1%. A pesar de que la inflación general se desaceleró a un promedio del 2,8%, en comparación con el 3,7% de marzo, diversas categorías vieron variaciones significativas.
Otros rubros también destacaron por sus aumentos, como Prendas de vestir y calzado, que subieron un 3,8%, y alimentos y bebidas no alcohólicas, con un incremento del 2,9%. Además, recreación y cultura experimentó un notable aumento del 4%, mientras que bebidas alcohólicas y tabaco, y comunicación, se mantuvieron en el 2,8%.
Por el contrario, algunos sectores mostraron menores variaciones: Transporte y Vivienda crecieron solo un 1,7% y 1,9%, respectivamente, debido al impacto de los precios regulados. En particular, los costos de Electricidad, Gas & Combustibles apenas ajustaron un 0,2%.
El rubro de frutas y verduras presentó una merma del 2,1%, impactando en el Gran Buenos Aires, donde productos como la lechuga y el limón sufrieron caídas que superaron el 30%. Asimismo, se observaron retrocesos en otros productos como la papa y el zapallo anco. En cuanto a los alimentos, las subas estuvieron impulsadas principalmente por las carnes, los lácteos, los huevos y el pan. Dentro de las carnes, los pescados resaltaron con un incremento de más del 10%.
La inflación núcleo, que excluye precios regulados y factores estacionales, se mantuvo en 3,2%, igual que el mes anterior, situándose en un nivel similar al registrado hace siete meses. Hasta abril de 2025, el IPC general acumuló un aumento del 11,6%, mientras que, al comparar con el mismo mes del año anterior, el incremento se elevó a un 47,3%.
Los analistas advierten que, aunque la desaceleración es un signo positivo, la persistente alta inflación sigue afectando el poder adquisitivo de los consumidores. Expertos sugieren que se requieren políticas más efectivas para controlar los precios y estabilizar la economía, especialmente en sectores críticos como el alimentario.