El beneficio será para los grandes jugadores: la advertencia de un experto sobre la nueva política exportadora
Pablo Furnari, economista, especialista en comercio exterior y asesor de pequeñas y medianas empresas, analizó punto por punto las implicancias de la eliminación temporal de derechos de exportación.
Por redacción
En un escenario de alta necesidad de divisas, el Gobierno dispuso la eliminación temporal de los derechos de exportación para granos, carnes y subproductos. La medida, que viene acompañada de la obligación de liquidar en plazos muy cortos, abre el debate sobre su impacto real en la macroeconomía, en la recaudación fiscal y en la competitividad del agro.
Para profundizar en estas cuestiones, se dialogó con Pablo Furnari, economista, especialista en comercio exterior y asesor de pequeñas y medianas empresas, quien analizó punto por punto las implicancias de la disposición oficial.
—¿Cuáles cree que serán los efectos más inmediatos de la eliminación temporal de los derechos de exportación para granos, carnes y subproductos sobre la liquidación de divisas y la oferta de dólares al mercado cambiario?
La quita de retenciones mejora el precio neto que reciben los exportadores. Esto genera un incentivo directo a liquidar más rápido, aumentando en el corto plazo la oferta de dólares en el mercado cambiario.
—La medida obliga a los exportadores beneficiados a liquidar al menos el 90% de las divisas en un plazo de tres días hábiles tras presentar la DJVE. ¿Qué tan factible es que los exportadores cumplan ese plazo? ¿Qué cuellos de botella logísticos, financieros o administrativos podrían dificultarlo?
Las grandes compañías pueden cumplirlo sin mayores inconvenientes, ya que tienen procesos financieros y administrativos aceitados. El riesgo está en demoras logísticas (embarques, feriados, trámites con bancos o AFIP). Para las PyMEs el plazo puede resultar más exigente por falta de estructura.
—¿Cómo impactará esta medida en los precios internos de los productos alcanzados (por ejemplo granos, carnes, subproductos)? ¿Puede esperarse una baja en los costos para consumidores locales, o más bien una mejora en márgenes exportadores?
Es poco probable que haya una baja significativa en los precios al consumidor. Inclusive puede generar en algún que otro producto un efecto inverso. El beneficio se traduce principalmente en mejores márgenes de exportación. Puede haber algún alivio en la oferta interna, pero el efecto sería acotado.
—Desde la óptica fiscal, ¿cuál es el costo que asume el Estado por dejar de percibir estas retenciones? ¿Cómo ve el trade-off entre incentivar exportaciones/dólares y las necesidades de ingresos fiscales para financiar el gasto público?
El Estado resigna ingresos por retenciones. El trade-off es claro: pierde recaudación, pero gana mayor flujo de divisas, algo clave para estabilizar la macro. La discusión es si hoy pesa más la urgencia fiscal o la necesidad de dólares.
—¿En qué medida las pequeñas y medianas empresas del agro podrían beneficiarse realmente de esta medida, frente a grandes productores o empresas integradas verticalmente? ¿Qué barreras enfrentan las PyMEs para acceder al beneficio?
Las grandes empresas son las principales beneficiadas. Las PyMEs enfrentan barreras de acceso al financiamiento, limitaciones logísticas y menor capacidad de gestión exportadora. Sin medidas de apoyo específicas, su participación en el beneficio será reducida.
—En términos de comercio exterior, ¿esta medida puede afectar la posición de Argentina frente a otros países exportadores de productos agrícolas o cárnicos? ¿Podría generar represalias o ajustes arancelarios de otros países?
La medida no debería generar represalias inmediatas, ya que es una decisión doméstica. Sin embargo, si la mayor competitividad argentina afecta mercados sensibles (como carnes), algunos países podrían responder con mayores restricciones comerciales.
—Al ser una medida temporal, ¿qué señales está enviando el gobierno al sector privado? ¿Cómo puede afectar la expectativa de inversionistas (locales y extranjeros) para decisiones más de mediano plazo relacionadas con capacidad productiva, logística, acopio, etc.?
El carácter temporal envía un mensaje ambiguo: hay voluntad de alivio, pero sin garantías de continuidad. Esto limita la planificación de inversiones de mediano plazo en capacidad productiva, logística o almacenamiento.
—¿Qué tan probable es que haya incumplimientos o maniobras para no liquidar divisas, o retrasarlas, aprovechando vacíos legales o deficiencias de control? ¿Qué instrumentos tiene el Estado para mitigar esos riesgos?
Existen riesgos de maniobras para demorar liquidaciones o aprovechar vacíos legales. El Estado cuenta con instrumentos de control vía Banco Central, AFIP y Aduana, aunque su eficacia dependerá del nivel de coordinación y supervisión real.
—¿Qué otras medidas complementarias recomendaría para que esta política sea más efectiva (por ejemplo mejoras en infraestructura, financiamiento para exportadores, reducción de otros costos logísticos, mayor acceso al crédito, seguros de cambio, etc.)?
Algunas son de rápida implementación, otras son a largo plazo. Por ejemplo:
- Mejorar infraestructura portuaria y de transporte.
- Facilitar acceso a crédito para PyMEs exportadoras.
- Desburocratizar procesos aduaneros, es decir, una “motosierra desreguladora” en la operatoria.
- Ofrecer seguros de cambio y herramientas de cobertura.
- Generar reglas estables para dar previsibilidad a largo plazo.