Tokenización: el futuro de las finanzas

Lo que empezó como un sandbox limitado a fideicomisos financieros y fondos comunes cerrados ahora se amplió para incluir acciones que cotizan en bolsa, obligaciones negociables y Cedears.

Por Gonzalo Andrés Castillo

Redactor especialista en finanzas y mercado de capitales

Hace 1 hora

Argentina dio otro paso decisivo hacia un sistema financiero tokenizado. A comienzos de este año, el país se convirtió en uno de los primeros de América Latina en lanzar un marco regulatorio para la tokenización de activos del mundo real (RWA, por sus siglas en inglés).

 

Lo que empezó como un sandbox limitado a fideicomisos financieros y fondos comunes cerrados ahora se amplió para incluir acciones que cotizan en bolsa, obligaciones negociables y Cedears. En paralelo, el sandbox regulatorio se extendió por un año más, lo que brinda a instituciones y plataformas más tiempo para experimentar y demostrar la escalabilidad de estos modelos.

 

Esta evolución marca un cambio de etapa: la tokenización en Argentina ya no es una conversación teórica, sino un proceso en marcha dentro de un marco legal.

Poder emitir versiones tokenizadas de valores tradicionales bajo supervisión regulatoria abre el camino para que la innovación pase de proyectos piloto a soluciones de nivel institucional. Para las empresas, significa un acceso más simple al mercado de capitales y formas más flexibles de liberar liquidez. Para los inversores individuales, implica la posibilidad de acceder a instrumentos que históricamente estuvieron fuera de su alcance, con la chance de participar de manera fraccionada en activos antes reservados a grandes jugadores.

 

El impacto potencial trasciende lo local. Al digitalizar acciones, bonos o vehículos de inversión, Argentina está creando las condiciones para que estos instrumentos interactúen con el ecosistema blockchain global. En un mundo multichain, el valor de la tokenización dependerá no solo de la claridad regulatoria, sino también de la interoperabilidad: la capacidad de que un token creado en una red pueda transferirse, liquidarse e integrarse con aplicaciones en otras. Sin esa conectividad, los activos corren el riesgo de quedar atrapados en silos aislados, limitando la liquidez y su adopción.

 

Ejemplos internacionales ya muestran este camino. La reciente decisión del Departamento de Comercio de Estados Unidos de llevar datos económicos oficiales on-chain —publicados en múltiples blockchains a través de Pyth Network y con la mensajería multichain segura de Wormhole— demuestra cómo distribuir información de manera nativa en distintas redes asegura mayor accesibilidad, transparencia y resiliencia.

 

Cualquier aplicación en cualquiera de esas blockchains puede integrar la información directamente, sin intermediarios. Aplicado a los activos tokenizados, este mismo principio significa que un bono emitido en Argentina podría, en un futuro, circular sin fricciones a través de distintos ecosistemas, multiplicando su alcance y utilidad.

 

El impulso regulatorio argentino es más que un hito local: forma parte de una transformación estructural en cómo se representa, intercambia y escala el valor a nivel global. El próximo capítulo dependerá de si instituciones y reguladores logran adoptar la realidad multichain y equipar a los activos tokenizados con la interoperabilidad necesaria para operar sin fronteras.

 

Pese a su volatilidad económica, Argentina se está posicionando en la frontera de la innovación financiera. Con un ecosistema tecnológico muy desarrollado y una regulación de vanguardia, el país tiene la oportunidad de convertirse en un referente en tokenización dentro de los mercados emergentes. Si el impulso actual se mantiene, las bases que se están construyendo hoy podrían definir cómo funcionará el sistema financiero en la región —y cómo América Latina se integrará a la economía tokenizada del futuro.

 

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