Los estadounidenses más ricos están aprovechando para armar estrategias
El miedo a una recesión que está impulsando a la baja a los activos financieros está siendo aprovechado por los más ricos de Estados Unidos.
Por Gonzalo Andrés Castillo
Redactor especialista en finanzas y mercado de capitales
Por la elevada inflación que parece no tener límites, y que en junio llegó al 9,1% interanual, la Reserva Federal de los Estados Unidos está elevando las tasas de interés en cada reunión. Esta combinación explosiva podría generar una feroz recesión, y los inversores lo saben, por lo que la mayoría se está desprendiendo de sus activos financieros.
A pesar de los recientes rebotes, en lo que va del año, el S&P 500 retrocede un 18%, mientras que el Nasdaq 100 pierde cerca de un 26% de su valor y el Dow Jones, el índice menos volátil, casi un 13%.
En este contexto, según un informe de The Wall Street Journal, los más ricos de Estados Unidos están aprovechando sus líneas de crédito respaldadas por valores y propiedades para comprar estos activos "con descuento".
"La volatilidad y la caída del mercado es cuando los ricos ganan su dinero", dijo Mike Kosnitzky, codirector de Patrimonio Privado en el bufete de abogados Pillsbury Winthrop Shaw Pittman. "Este es un momento de compra", sentenció.
En el caso de Morgan Stanley, sus estadísticas muestran que las hipotecas aumentaron un 30% con respecto al año anterior hasta los USD 50 millones, mientras que los préstamos respaldados por activos crecieron un 23% hasta los USD 93 millones.
Por su parte, Bank of America experimentó un aumento del 12% en sus préstamos de gestión, superando el aumento del 4$ en la división del consumo de la entidad.
Según Moody's Analytics, los estadounidenses ahorraron USD 2,7 billones extra desde principios del 2020 hasta finales del 2021, un monto cuya mitad se mantuvo en manos del 10% de los más ricos, aproximadamente.
Esto, sumado a la tendencia alcista de las acciones y las propiedades durante los años anteriores y las bajas tasas de interés, permitió que los ricos armaran estrategias apostando a una nueva tendencia alcista de cara al mediano y largo plazo, a pesar de los temores de recesión o contracción económica.
No obstante, los de menor patrimonio no se vieron favorecidos, ya que solo sufrieron de un aumento de los préstamos y las tarjetas de crédito.