El petróleo toca su nivel más bajo en cinco meses por la tensión entre EE.UU. y China

Los precios del crudo siguen en caída por la guerra comercial y los pronósticos de sobreoferta para 2026. El mercado teme un escenario de exceso de producción justo cuando la demanda global se enfría.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 1 hora

Los precios del petróleo volvieron a caer este miércoles y se mantienen cerca de su piso más bajo en cinco meses. La escalada comercial entre Estados Unidos y China, sumada al pronóstico de un superávit global de crudo, volvió a golpear al mercado energético.

 

El Brent retrocedió 0,4%, a US$ 62,16 por barril, mientras que el West Texas Intermediate (WTI), la referencia norteamericana, cayó 0,2%, a US$ 58,56. En ambos casos, se trata de los niveles más bajos desde principios de mayo.

 

Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), el mundo podría enfrentar en 2026 un excedente de hasta 4 millones de barriles diarios, una cifra que preocupa a los productores. El organismo atribuye este escenario a la mayor oferta de la OPEP+ y a una demanda que no repunta, especialmente por el freno del crecimiento en China.

 

Desde Bank of America advirtieron que el Brent podría incluso caer por debajo de US$ 50 si la disputa comercial entre las dos potencias se profundiza. El conflicto volvió a encenderse con nuevas tarifas portuarias cruzadas que afectan el comercio marítimo, un golpe directo para los flujos de carga global.

 

En paralelo, el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, buscó bajar el tono al conflicto y aseguró que Donald Trump está dispuesto a reunirse con Xi Jinping en Corea del Sur antes de fin de mes. Sin embargo, las señales de distensión no alcanzaron para calmar a los mercados.

 

China respondió a las últimas medidas de Washington reforzando los controles sobre las exportaciones de tierras raras, mientras que Trump amenazó con llevar los aranceles sobre productos chinos al 100% a partir de noviembre. A eso se suma una economía china con presiones deflacionarias: los precios al consumidor y al productor volvieron a caer en septiembre, arrastrados por la crisis inmobiliaria.

La caída del petróleo combina tensión comercial, exceso de producción y enfriamiento económico: una tormenta perfecta para el mercado energético. El panorama actual deja en claro que la estabilidad del crudo ya no depende solo de la OPEP, sino de la política internacional y del pulso económico de China.

 

La perspectiva de un superávit para 2026 preocupa porque podría tirar abajo los ingresos de los países productores justo cuando muchos de ellos necesitan sostener sus presupuestos con precios más altos. A su vez, el barril por debajo de los 60 dólares plantea un desafío para las petroleras privadas, que podrían recortar inversiones en exploración y proyectos nuevos.

 

Si bien una baja del petróleo puede aliviar la inflación global y beneficiar a los importadores, también refleja un mundo con menor actividad y menor consumo energético. En otras palabras, el mercado está leyendo más desaceleración que alivio. Y eso, en la previa de un año electoral en Estados Unidos y con China en pleno reacomodo económico, promete mantener la volatilidad a flor de piel.

 

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