El petróleo pega un salto tras un ataque en Rusia y crecen las dudas por el suministro

Los precios del crudo subieron casi 2% después de que un ataque con drones obligara a frenar exportaciones en Novorossiisk, uno de los puertos energéticos clave de Rusia. El mercado sigue de cerca el impacto en la oferta y las sanciones de Occidente.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 0 horas

Los precios internacionales del petróleo volvieron a moverse fuerte este viernes: el Brent trepó 1,65% hasta los USD 64,05 y el WTI avanzó casi 2%, quedando en USD 59,84. El movimiento al alza llegó después de que el puerto ruso de Novorossiisk —uno de los más importantes del Mar Negro— frenara sus exportaciones tras un ataque con drones ucranianos que terminó golpeando un depósito de combustible, un barco y hasta un bloque de departamentos.

 

Según funcionarios rusos, tres tripulantes del barco resultaron heridos y Transneft, el gigante estatal de oleoductos, suspendió de inmediato los envíos de crudo que salen por esa terminal. El impacto no es menor: solo en octubre, por ese puerto salieron 3,22 millones de toneladas de petróleo crudo y casi 1,8 millones de toneladas de productos refinados.

 

En el mercado hay preocupación. Analistas como Giovanni Staunovo, de UBS, remarcan que la frecuencia de los ataques viene subiendo y que “en algún momento pueden pegarle a algo que genere una interrupción duradera”. Por eso los operadores están recalculando el escenario, sobre todo pensando en cuánto puede afectar a la oferta rusa en el mediano plazo.

Al ruido militar se suma el frente político: las sanciones de Estados Unidos y Reino Unido contra gigantes rusas como Lukoil y Rosneft ya vienen complicando el comercio global. JPMorgan estimó que unos 1,4 millones de barriles diarios —casi un tercio del petróleo ruso que normalmente sale por vía marítima— terminaron acumulados en tanques flotantes porque la descarga se fue frenando por el nuevo esquema de restricciones.

 

El panorama podría tensarse aún más después del 21 de noviembre, cuando las sanciones estadounidenses prohíban por completo nuevas operaciones con esas compañías. A partir de esa fecha, recibir cargamentos provenientes de Lukoil o Rosneft será mucho más difícil, advierten en Wall Street.

 

En paralelo, el gobierno británico emitió una licencia especial para que empresas sigan operando con dos subsidiarias de Lukoil en Bulgaria, luego de que esos activos quedaran bajo control del Estado búlgaro. Otro capítulo más en una trama que mezcla energía, geopolítica y tensión militar.

 

Con todo este combo, el mercado cerró la semana con leves ganancias: el Brent acumuló un 0,7% y el WTI un 0,15%. Nada espectacular, pero suficiente para mostrar que los traders están atentos a cada chispa que pueda afectar la oferta global.

 

Y en un contexto donde la guerra suma cada vez más impactos colaterales, la sensación general es clara: cualquier golpe sobre la infraestructura rusa puede mover el tablero. Por eso, más allá del rebote de hoy, el foco seguirá puesto en cómo responde Moscú y qué margen de maniobra tendrán los compradores ante un mundo energético que no da tregua.

 

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