Cuál es el plan de Rusia para aliarse con Corea del Norte, China e Irán en contra de la OTAN
A más de dos años del conflicto con Ucrania, la errada política de las sanciones occidentales permitieron que Rusia se acerque geopolíticamente a otras potencias antagónicas de EEUU y la OTAN.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
La cooperación entre Rusia, Corea del Norte, Irán y China ha encendido alertas en el escenario global, y esta semana, el jefe de la OTAN, Mark Rutte, advirtió que esta alianza podría amenazar la paz y la estabilidad tanto en Europa como en el Indo-Pacífico y Norteamérica. Durante una reunión con el presidente francés, Emmanuel Macron, Rutte señaló que la colaboración entre estas naciones no solo es preocupante por sus implicancias en el ámbito militar, sino también por las posibles repercusiones en el equilibrio de poder y en la economía global.
Las razones detrás de la alianza entre Rusia y sus socios estratégicos
Cada uno de estos países tiene intereses específicos que se ven favorecidos por esta cooperación. En el caso de Rusia, el aislamiento político y económico que ha sufrido desde el inicio del conflicto en Ucrania la ha obligado a buscar aliados que compartan una postura contraria a la hegemonía occidental y que también enfrentan sanciones o restricciones internacionales. Este bloque de naciones tiene en común el rechazo a las políticas de EE.UU. y sus aliados, y se ha fortalecido al margen de las estructuras y reglas globales impulsadas por Occidente.
Corea del Norte y Rusia han aumentado significativamente su intercambio de tecnología militar y cooperación en defensa en los últimos años. De hecho, en los últimos meses se han reportado reuniones y acuerdos para el suministro de armas de Corea del Norte a Rusia, lo cual representa un intercambio estratégico que preocupa a los miembros de la OTAN. Estas armas podrían apoyar los esfuerzos militares rusos en Ucrania, prolongando el conflicto y poniendo presión sobre los aliados occidentales que han respaldado a Kiev. Aunque del lado ucraniano cuentan con el envío de armas desde EEUU, lo cual empareja las cosas.
Irán, por su parte, ha brindado a Rusia apoyo logístico y armamento avanzado, incluyendo drones de combate que han sido utilizados en el conflicto ucraniano. Este intercambio de tecnología no solo fortalece a Rusia, sino que también otorga a Irán acceso a equipamiento militar y a tecnología de punta. La colaboración entre estos dos países podría significar un incremento en la capacidad militar de ambos, una preocupación para Israel y los países de la OTAN, especialmente en el contexto de Oriente Medio, donde Irán ya es percibido como una amenaza regional.
China, la potencia asiática que representa un desafío directo para EE.UU. en el ámbito económico, tecnológico y militar, tiene una relación más compleja con Rusia. Si bien Beijing mantiene una postura ambigua en el conflicto de Ucrania, su relación con Moscú se ha reforzado en áreas estratégicas como la energía, el comercio y la tecnología. Aunque China no ha brindado apoyo militar directo, el flujo de recursos económicos y tecnológicos que provee a Rusia le ha permitido mitigar en parte el impacto de las sanciones. Además, China tiene sus propios intereses en el Indo-Pacífico, una región que EE.UU. considera clave y en la que intenta mantener su influencia a través de sus alianzas militares, como el pacto AUKUS con Australia y el Reino Unido.
Por otro lado, el apoyo de Irán a Rusia no solo implica una colaboración en el campo militar, sino también una posible convergencia en cuestiones de inteligencia y ciberseguridad. Estos países están explorando formas de compartir información sensible y recursos tecnológicos, lo que les otorga una ventaja significativa en términos de espionaje y operaciones en el ciberespacio.
Ante esta creciente cooperación, la OTAN ha comenzado a redirigir sus recursos y a fortalecer sus alianzas en el Indo-Pacífico, tratando de limitar la expansión de la influencia de este bloque liderado por Rusia. Rutte dejó claro que la OTAN está revisando sus estrategias y que considera que su responsabilidad ahora se extiende más allá de Europa.
En el contexto actual, la cooperación entre Rusia, China, Irán y Corea del Norte se presenta como un desafío estratégico que Occidente no puede ignorar. La OTAN enfrenta un dilema complejo, ya que su capacidad de respuesta estará puesta a prueba en múltiples frentes y podría verse obligada a reestructurar su enfoque para enfrentar esta amenaza multipolar.