EE. UU. registra caída del PBI: cómo afecta a la economía
El Departamento de Comercio de Estados Unidos reporta una caída del PBI del 0,5% en el primer trimestre de 2025, marcada por un fuerte aumento en las importaciones y una reducción del gasto gubernamental.
El producto bruto interno (PBI) de Estados Unidos sufrió una caída importante del 0,5% en términos anualizados durante el primer trimestre de 2025. Este descenso, según el Departamento de Comercio, marca el primer resultado negativo desde los primeros tres meses de 2022, cuando se registró una disminución del 1%.
Este desempeño contrasta con el crecimiento del 2,4% anualizado que se observó en el último trimestre de 2024 y se aleja de la previsión de -0,2% anticipada en el mes anterior. La caída del PBI se relaciona directamente con un incremento del 37,9% en las importaciones, influenciado por los posibles aranceles propuestos por Donald Trump. En consecuencia, las empresas se vieron impulsadas a adquirir insumos extranjeros antes de que el gobierno implementara nuevas políticas.
El informe aclara que "la disminución del PBI real en el primer trimestre se reflejó principalmente en un aumento de las importaciones, que restan en el cálculo del PBI, y una disminución del gasto gubernamental". Sin embargo, se indica que estos factores fueron en parte contrarrestados por un aumento en la inversión y el consumo.
Además, se revisó a la baja la estimación del PBI real en 0,3 puntos porcentuales desde la segunda estimación, lo cual se debe principalmente a ajustes en las proyecciones del gasto del consumidor y las exportaciones, que fueron mínimamente compensadas por una reducción en las importaciones. Tras este anuncio, los analistas de JP Morgan expresaron su preocupación al señalar que “el impacto de la estanflación derivado de los altos aranceles es un factor negativo para las perspectivas de crecimiento del PBI de este año”. También advirtieron que “el riesgo de recesión sigue siendo alto”, lo que añade incertidumbre sobre el futuro económico del país.
Los economistas sugieren que la situación podría empeorar si las tensiones comerciales continúan, afectando la confianza del consumidor y la inversión empresarial. Asimismo, la Reserva Federal se enfrenta a un dilema, ya que deberá equilibrar la necesidad de estimular la economía sin provocar un aumento inflacionario que complicaría aún más el panorama.
El impacto en el mercado laboral también es notable, con un aumento en la tasa de desempleo que ha alcanzado el 4,3%. Los sectores más afectados incluyen la manufactura y el comercio minorista, donde se observa una disminución en la contratación.