Créditos hipotecarios y real estate después de las elecciones: ¿motor de recuperación o espejismo pasajero?

Según el Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires, en los primeros siete meses de 2025 se realizaron 36.179 operaciones de compraventa, un 45% más que en igual período del año pasado.

Por redacción

Hace 1 hora

Después de años de parálisis, el crédito hipotecario volvió a aparecer en escena en la Argentina y encendió una luz de esperanza en un mercado inmobiliario que parecía inmóvil. Las nuevas líneas de financiamiento, la baja de tasas y un clima político que busca transmitir estabilidad están reactivando consultas y operaciones. Pero los analistas advierten: el repunte todavía es incipiente y dependerá de que el sistema financiero sostenga las condiciones actuales sin sobresaltos.

 

“El mercado inmobiliario argentino está frente a una ventana de consolidación real”, afirma Ariel Champanier, presidente de RE/MAX Premium. “Hoy el crédito vuelve a ser un puente posible, especialmente para la clase media. Si el sistema financiero logra mantener esta tendencia con condiciones estables y previsibles, podemos entrar en una nueva etapa de expansión del mercado”, añade.

 

Los datos acompañan el optimismo. Según el Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires, en los primeros siete meses de 2025 se realizaron 36.179 operaciones de compraventa, un 45% más que en igual período del año pasado, mientras que el monto total creció más del 120% interanual. En paralelo, la Fundación Tejido Urbano registró la entrega de unas 31.500 hipotecas por un total de 2.263 millones de dólares entre enero y septiembre de este año.

 

El renacer del crédito tiene su explicación. Los bancos públicos y privados lanzaron líneas divisibles en UVAs y pesos ajustables con tasas más bajas, lo que abrió la puerta a miles de familias que durante años ni siquiera se permitían soñar con comprar una vivienda. Según datos del Banco Nación y del Banco Ciudad, las nuevas líneas ofrecidas desde mediados de 2024 impulsaron una suba del 500% interanual en la cantidad de solicitudes de crédito durante el primer trimestre de 2025.

 

Las tasas hipotecarias en el sistema argentino actualmente oscilan entre el 10% y el 12% anual para los mejores casos —clientes con buen perfil y acreditación de haberes—, aunque en entidades privadas pueden superar el 15%. El Banco Nación, principal jugador del mercado, ofrece líneas desde aproximadamente el 6% anual para quienes cumplan con requisitos específicos, lo que explica en parte la expansión del crédito en los últimos meses.

 

“Después de tanto tiempo, la gente volvió a preguntar por hipotecas. Hay movimiento en las inmobiliarias y más interés en propiedades usadas bien ubicadas”, explica Champanier. “Pero no alcanza solo con que vuelva el crédito. La clave está en cómo nos adaptamos como sector: el comprador actual está más informado, compara, exige y valora la confianza por encima de cualquier otro factor", señala.

 

A pesar del repunte, el crédito hipotecario en Argentina sigue siendo marginal si se lo compara con otros países de la región. De acuerdo con la OCDE, el volumen de préstamos hipotecarios apenas representa el 1,5% del PBI, muy lejos del 25% promedio de América Latina. Y si bien las nuevas líneas ayudaron a dinamizar la demanda, la inflación y la volatilidad financiera continúan siendo amenazas que pueden frenar el impulso.

 

En el mercado, la expectativa es que la estabilidad macroeconómica pos-electoral y una mayor previsibilidad regulatoria definan si esta recuperación es sostenible o un espejismo pasajero. Para los especialistas, el crédito no es el único motor: también influye la profesionalización del sector, la transparencia en las operaciones y una mayor orientación al cliente.

 

“Los próximos doce meses pueden marcar el punto de inflexión que transforme el mercado argentino”, sostiene Champanier. “Pero eso solo va a suceder si trabajamos con una mentalidad de largo plazo y una cultura centrada en las personas, no en la especulación. Los que estén preparados, van a liderar el nuevo ciclo que ya empezó", resalta.

 

La reactivación, por ahora, es real. Falta ver si el crédito se consolida como el motor que devuelva al ladrillo su histórico rol de refugio y movilidad social, o si se trata solo de un alivio momentáneo en un mercado que todavía busca reencontrarse con la confianza perdida.

 

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