Acuerdo comercial Argentina-Estados Unidos: señales positivas para los mercados, pero con riesgos latentes
La atención deberá centrarse en los detalles técnicos del acuerdo y en la simetría de sus beneficios.
Por Gonzalo Andrés Castillo
Redactor especialista en finanzas y mercado de capitales
El reciente anuncio de un marco de acuerdo entre Estados Unidos y Argentina fue recibido como una señal constructiva para los mercados, especialmente por su potencial para mejorar el acceso al comercio, atraer inversiones y aliviar tensiones cambiarias.
De acuerdo con Eduardo Ramos Romero, Senior Market Analyst Latam en VT Markets, el entendimiento preliminar representa “una señal positiva para Argentina porque abre la puerta a mayor acceso al mercado estadounidense, lo cual mejora las expectativas de divisas, inversión extranjera y confianza de los mercados”.
En el plano macroeconómico, Romero considera que una implementación ágil podría tener efectos inmediatos sobre la estabilidad financiera local. “Si se instrumenta pronto, podría fortalecer el peso argentino frente al dólar al reducir el riesgo cambiario, aliviar parte de la presión inflacionaria y ampliar el acceso al financiamiento externo al mejorar la percepción de estabilización”, señala.
Sin embargo, advierte que cualquier demora o traba regulatoria podría revertir ese escenario y amplificar la volatilidad. En palabras del analista: “Si la implementación encuentra obstáculos, la expectativa positiva puede evaporarse, provocando depreciación del peso, incremento de la inflación importada y un mayor costo de financiamiento externo”.
El especialista también evaluó qué sectores de la economía podrían recibir los mayores beneficios en caso de que el acuerdo avance sin contratiempos. Para Romero, las actividades con fuerte orientación exportadora tendrían una reacción más rápida: “Los sectores que más rápido podrían beneficiarse son aquellos con fuerte componente exportador: agricultura, minerales clave y manufacturas con valor agregado orientadas al mercado externo”.
Asimismo Ramos Romero destacó que las empresas que dependen de maquinaria o tecnología proveniente de Estados Unidos podrían mejorar su estructura de costos. En contraste, advierte que industrias orientadas al mercado interno o expuestas a la competencia directa de productos estadounidenses podrían quedar en desventaja. “Sectores que compiten con productos estadounidenses en el mercado doméstico, o que enfrenten exigencias regulatorias más estrictas, pueden quedar más expuestos en el corto y mediano plazo”, indicó.
En cuanto a la lectura de los mercados financieros sobre la dinámica del acuerdo, Romero remarca que su comunicación fragmentada, con anuncios por tramos y una aprobación final sujeta a la decisión del presidente de Estados Unidos, contribuye a un escenario volátil. “Los mercados valoran el avance pero perciben incertidumbre por cómo está estructurado. Esto incrementa la probabilidad de volatilidad financiera y genera dudas sobre el calendario y la profundidad del acuerdo”, describe. Según su análisis, los inversores observarán con atención el “timing” de cada fase, lo que puede impactar en el tipo de cambio, los bonos y los flujos de capital hacia Argentina.
Aun con una reacción favorable inicial, Ramos Romero no descarta que el resultado final del acuerdo pueda derivar en un desbalance para el país. “Si el acuerdo favorece desproporcionadamente a empresas estadounidenses, o incluye concesiones regulatorias que Argentina deba cumplir sin recibir contrapartidas equilibradas, podría generarse un impacto negativo en términos de competitividad”, advierte. Entre los riesgos menciona una apertura comercial acelerada o la adopción de estándares regulatorios costosos que afecten la capacidad de competencia de empresas locales.
Pese al optimismo que generó el anuncio, Romero subraya que la atención deberá centrarse en los detalles técnicos del acuerdo y en la simetría de sus beneficios. “Aunque el anuncio es positivo, hay que estar vigilantes: el ‘diablo estará en los detalles’ de la implementación”, concluyó.
