Consumo de carne vacuna creció 3,2% en octubre pese a fuerte aumento de precios

El consumo aparente alcanzó los 49,1 kilos por habitante al año, impulsado por la recuperación salarial, aunque los precios subieron hasta un 25% en algunos cortes.

A pesar de un alza en los precios de la carne vacuna, el consumo en Argentina mostró un crecimiento del 3,2% interanual en octubre, alcanzando un promedio de 49,1 kilos por habitante al año, según datos de la Cámara de la Industria y Comercio de las Carnes (Ciccra). Este aumento se produjo pese a que algunos cortes de carne registraron incrementos de precio de hasta el 25% desde octubre, con subas que en noviembre alcanzaron incluso valores superiores, como el asado que subió un 32%, la tapa de asado un 48%, y el matambre un 41,7%, entre otros.

 

El cálculo de Ciccra considera la producción total de carne vacuna acumulada entre enero y octubre, descontando las exportaciones, para estimar el consumo interno. En ese periodo, la producción se mantuvo estable en aproximadamente 2,63 millones de toneladas res con hueso, mientras que las exportaciones disminuyeron un 10,2%, lo que permitió que el volumen destinado al mercado interno aumentara un 4,4%, llegando a 1,93 millones de toneladas.

 

Daniel Urcía, presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra), explicó que este crecimiento en el consumo se debe a la recuperación salarial y a que "la carne está entre los primeros alimentos que la gente compra", agregando que "antes de volver al cine, se come un asado". Sin embargo, Urcía advirtió que este nivel de consumo podría no sostenerse en el tiempo: "Estamos en el techo de consumo a mi criterio, por encima de los 50 kilos. Para mí lo normal sería entre 46 y 47 kilos". Sobre los precios, señaló que no espera nuevas subas ya que "estamos también en un techo de precios de hacienda".

 

Por su parte, Leonardo Rafael, presidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (Camya), indicó que no percibe un aumento real en el consumo: "Estuvo en una baja del 20% o 30% desde diciembre del año pasado hasta junio, donde recuperó un poquito, pero no veo una suba, sino que estamos en los mismos parámetros que hace tres o cuatro meses". Rafael explicó que algunos incrementos puntuales en la demanda pueden deberse a eventos especiales como el Día de la Madre o fiestas, pero que en general las semanas son "bastante flojas". Además, afirmó que "el aumento en el precio de la carne no viene de la mano de la demanda, sino de la falta de hacienda".

 

El sector atribuye las subas sostenidas de precios a una caída en la oferta de hacienda, que ejerce presión sobre los valores desde hace varios meses. También se suma la mayor actividad de exportadores en el mercado, lo que mantiene firme el precio para lo que resta del año.

 

Finalmente, se espera que en lo que queda de noviembre los precios en carnicerías sigan ajustándose, con aumentos adicionales estimados en torno al 8%, reflejando la transferencia del alza en el valor de la hacienda al consumidor final. Ante este escenario, analistas advierten que la sostenibilidad del consumo dependerá de la evolución del poder adquisitivo y de la estabilidad en los precios, mientras el sector busca equilibrar la oferta con la demanda sin afectar la rentabilidad.

 

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