El mindfulness demuestra ser eficaz contra la depresión severa, según un estudio
El mindfulness, que promueve la atención consciente al presente, se consolida en el tratamiento de trastornos mentales. Un nuevo estudio respalda su eficacia y su integración en programas de salud mental a nivel global.
Por redacción
El mes de mayo es el "Mes de la salud mental", por lo que se vuelve central hablar de estos temas que cada vez preocupan más en la sociedad actual.
La práctica del mindfulness ha adquirido un lugar destacado en la atención a diversos trastornos mentales, gracias a su capacidad para facilitar una atención consciente al presente sin recargar de juicios esta experiencia. Jon Kabat-Zinn, reconocido profesor emérito de la Universidad de Massachusetts, fue un pionero en el uso de esta técnica para reducir el estrés entre los estudiantes universitarios, dejando una huella positiva que se remonta a la década de 1990.
A partir de ese momento, los beneficios del mindfulness han sido reconocidos a nivel internacional, promoviendo su incorporación en el tratamiento de la ansiedad y la depresión severa. Un respaldo reciente proviene de un estudio publicado en The Lancet Psychiatry, el cual ha sido referenciado por National Geographic, subrayando su efectividad en el contexto contemporáneo de salud mental.
Dicho estudio respalda la eficacia del mindfulness, reafirmando su lugar como una herramienta valiosa en el conjunto de recursos terapéuticos actuales. En varios países, esta práctica se está integrando formalmente en adecuadas estrategias de tratamiento de salud mental, lo que indica una tendencia hacia un enfoque más holístico y completo en el cuidado psicológico.
La investigación se centró en un grupo de 200 pacientes británicos que, insatisfechos con las terapias conversacionales convencionales, encontraron en el mindfulness un alivio significativo. “El mindfulness es capaz de llenar importantes vacíos en el tratamiento ofrecido por el sistema de salud”, asegura la investigación, abriendo nuevas puertas para aquellos que no obtienen resultados satisfactorios en los enfoques tradicionales.
Además, el estudio revela cómo el mindfulness está permeando entornos laborales y educativos, donde se gestiona el estrés de manera eficiente. Este fenómeno sugiere un cambio hacia tratamientos más personalizados y accesibles, especialmente en el Reino Unido, donde aproximadamente uno de cada seis individuos presenta síntomas depresivos severos.
Expertos en la materia, como la psicóloga clínica Clara Strauss y el académico Barney Dunn, destacan la validez de esta práctica. Strauss subraya que el mindfulness permite a los individuos reconocer y distanciarse de pensamientos negativos, mientras que Dunn señala una laguna existente en la atención brindada a quienes no responden a las terapias convencionales.
La implementación del mindfulness está modificando las formas en que las instituciones de salud mental conciben tratamientos alternativos. “Este enfoque se traduce en un modelo de atención más inclusivo, que privilegia la sostenibilidad y la equidad”, afirman los especialistas.
La flexibilidad y accesibilidad del mindfulness lo convierten en un recurso ideal para su práctica autónoma, ayudando a prevenir recaídas en hospitalizaciones. Los resultados de la investigación indican que tanto su aplicación en grupo como en entornos virtuales logra una reducción notable de los síntomas depresivos, con beneficios que se mantienen hasta seis meses después de su uso. Esta práctica representa un impacto terapéutico significativo, consolidándose como un elemento preventivo en la gestión diaria de la salud mental.
A medida que el mindfulness se adapta a diferentes aspectos de la vida cotidiana como un medio de alivio, también actúa como un catalizador para una mayor conciencia colectiva sobre la salud mental. “El bienestar mental integral es alcanzable y necesario”, afirman los especialistas, reafirmando su impacto positivo.
El estudio mencionado aporta un poderoso argumento sobre la efectividad del mindfulness como un complemento a los tratamientos convencionales, ofreciendo una opción prometedora frente a los crecientes desafíos en el ámbito de la salud mental.
¿Cómo empezar a practicar en casa?
1. Elegí un lugar tranquilo
Buscá un rincón de tu casa donde puedas estar sin interrupciones, aunque sea por unos minutos. No necesitás nada especial, solo que sea cómodo y silencioso.
2. Sentate cómodo
Podés sentarte en el piso con un almohadón o en una silla. Lo importante es que mantengas la espalda derecha, pero sin rigidez. Cerrá los ojos o dejalos entrecerrados si preferís.
3. Empezá con la respiración
Llevá tu atención a la respiración. Sentí cómo entra y sale el aire por la nariz, cómo se mueve el pecho o la panza. No cambies nada, solo observá. Si tu mente se va, es normal: volvé con amabilidad a la respiración. Eso es mindfulness.
4. Poné un temporizador
Al principio, con 5 minutos alcanza. Después podés ir subiendo a 10, 15 o más. Lo importante es hacerlo todos los días, aunque sea poquito.
5. Observá tus pensamientos
No trates de dejar la mente en blanco. Observá lo que aparece (pensamientos, sensaciones, emociones) sin engancharte ni criticarte. Como si estuvieras mirando nubes pasar en el cielo.
Podés usar apps como Insight Timer, Calm , Meditopia o Petit Bambou. También hay videos y meditaciones guiadas gratuitas en YouTube. En un contexto donde la comprensión de la mente humana avanza, estas prácticas se posicionan como elementos fundamentales en una aproximación más equilibrada hacia el bienestar integral. La creciente aceptación y validación del mindfulness allanan el camino hacia soluciones más efectivas y sostenibles en la atención médica, sugiriendo un futuro alentador en el tratamiento de la salud mental.