¡Comenzá a invertir siendo joven!: Te contamos todas las ventajas
Veamos algunas razones por las cuales es conveniente comenzar a invertir siendo joven
A sus 16 años, Warren Buffet, con algunos ahorros que había conseguido como repartidor del Washington Post, decide ponerse un pequeño negocio. La idea se le presenta cuando va con sus 35 dólares a una sala de juegos para instalar una máquina de pinball allí. El dueño del lugar rechaza la propuesta del joven Warren, ya que no quiere que éste le quite clientes.
En su desilusión, el pequeño emprendedor nota que en esa misma sala de juegos había cuatro hombres con un corte de pelo recién hecho, y él sabía quién hacía esos cortes. Esperanzado, corrió a la peluquería de Sarge y le ofreció instalar la máquina de pinball allí para que los clientes jugaran mientras esperaban su turno, premiando a Sarge con el 20% de la rentabilidad generada. El peluquero aceptó y el negocio comenzó a fluir.
Pasado un día, Warren volvió a ver cuánto había generado su máquina y se encontró con 10 dólares. Feliz, le entregó 2 dólares a Sarge y se quedó con los 8 dólares de beneficio. Calculemos la rentabilidad que puede generar esta sencilla máquina: suponiendo que la peluquería abre los 365 días de la semana, porque Sarge es muy trabajador, obtendrá 2.920 dólares el primer año (8 x 365).
Si alguien le ofreciera a Warren 43 dólares por su máquina (35 de la inversión y 8 por los beneficios), jamás lo aceptaría. Siendo la rentabilidad anual de 2.920 dólares, y planeando Warren quedarse en el negocio por diez años, da una ganancia del 29.200 dólares si mantiene los beneficios. Sumado a esto, Buffet planea depositar las ganancias mensuales en un fondo monetario que pague 8% anual, lo cual da, al cabo del plazo de diez años, un total estimado de 44.516 dólares. Todo esto logrado con tan solo 35 dólares y algo de perspectiva empresarial.
El secreto
El mercado de capitales es el escenario propicio para aprovechar la magia del interés compuesto, que el mito cuenta que Albert Einstein definió como "la fuerza más poderosa del universo".
Definimos brevemente este concepto casi universal: podemos decir que es el efecto que tiene el interés sobre el capital inicial y los intereses generados. En este caso, tiene un efecto multiplicador, ya que los intereses reinvertidos son utilizados para producir nuevos intereses. Por lo tanto, nuestro capital va creciendo y los intereses que vamos generando se incluyen en el capital para que vayan generando más intereses. Esta es la principal razón por la que se recomienda invertir a largo plazo, ya que se alcanza una rentabilidad cada vez mayor.
La juventud, momento ideal
Los jóvenes reúnen varias características que los hacen ideales para invertir sus pequeños ahorros.
Menos responsabilidades, mayor riesgo: naturalmente, no es lo mismo ser padre o madre de una familia y decidir invertir un 50% de tus ahorros en algún instrumento financiero, o tener que pagar un alquiler más expensas a fin de cada mes, que hacerlo siendo un adolescente o universitario. Dejando de lado las circunstancias particulares de cada joven y realizando una generalización a gran escala, podríamos afirmar que estos tienen menores compromisos financieros, por lo que los riesgos que se pueden asumir son más elevados.
Largo plazo: las necesidades que impone el correr de la vida suelen llegar un poco más avanzada la edad (siempre hablando en términos genéricos). Esto hace que sea mucho más simple no ponerse ansioso y poder dejar que la inversión realizada que capitalice y se sumerja de lleno en los beneficios del interés compuesto. Además, dejando el dinero "inmovilizado" en la inversión se reducen las pérdidas impositivas, teniendo que pagar impuestos tan solo cuando se venda la posición.
Si optáramos por poner el dinero en acciones, los grandes inversores siempre recomiendan dejar de pensar en los precios del mercado como un fin en sí mismo y sugieren poner el foco en la economía de las empresas y su posible ganancia de porción de mercado a futuro. Buffet solía criticar que en Wall Street solo se fijaban en el precio y se olvidaban de qué compraban. Esto lo mencionamos para mostrar que no sólo importa la inversión a largo plazo, sino que es fundamental una buena inversión en una empresa que creemos que va a ser más relevante en el futuro.
En línea con esto, enseñaba que “el tiempo es el mejor amigo de las grandes empresas y el peor enemigo de las mediocres”. Una vez obtenidas las acciones de la empresa excelente, conviene mantenerlas lo más posible, posponiendo impuestos y gozando de la capitalización de los beneficios no distribuidos. Uno de los consejos que predicaba para dar con empresas excelentes consistía en tratar de buscar aquellas firmas que crean el monopolio del consumidor, ofreciendo productos indispensables para el ciudadano actual.
Aprendizaje: considerando que las desventajas de perder el capital son menores, ya que el principal perjudicado será mayormente uno mismo, la juventud es un buen momento para experimentar con inversiones. Por poner un ejemplo, es preferible perder 100 dólares en Binance a los 19 años y aprender alguna lección que aprender con mayores montos cuando ya se es grande y hay personas que dependen de los movimientos financieros que haga.
La juventud pareciera también un buen momento para aprender a ser responsables. Aristóteles una vez dijo "Los jóvenes son los más apasionados y capaces de dejarse llevar por sus impulsos. Todo lo hacen en exceso: aman demasiado, odian demasiado".
Sin tomar medidas desproporcionadas, opino que, al igual que el joven Warren, hay que aprovechar las ventajas que ofrece esta situación extraordinaria que es la juventud y comenzar a invertir los ahorros, que el día de mañana me pueden mantener cuando esté jubilado...