Nvidia invertirá hasta 100.000 millones de dólares en OpenAI y refuerza su dominio en la IA

El fabricante de chips se convertirá en inversor de la empresa de Sam Altman y le proveerá infraestructura para desplegar al menos 10 gigavatios de potencia de cómputo. Las acciones de Nvidia treparon a un récord histórico tras el anuncio.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 2 horas

Nvidia anunció que invertirá hasta 100.000 millones de dólares en OpenAI y que, al mismo tiempo, proveerá a la compañía de Sam Altman con chips de última generación para alimentar su infraestructura de centros de datos. La operación, que se concretará en dos fases, prevé que Nvidia compre participaciones sin derecho a voto en OpenAI y que los fondos luego se destinen a adquirir sus propios procesadores gráficos.

 

Ambas compañías firmaron una carta de intención para desplegar al menos 10 gigavatios de sistemas Nvidia, un volumen de energía equiparable al consumo de más de 8 millones de hogares en Estados Unidos. El acuerdo contempla que la primera etapa de la nueva plataforma —bautizada Vera Rubin— comience a operar en la segunda mitad de 2026.

 

El anuncio disparó el entusiasmo de los mercados: las acciones de Nvidia llegaron a subir 4,4% en la jornada hasta alcanzar un máximo histórico, mientras que Oracle, socia en el proyecto de megacentros de datos Stargate junto con OpenAI, Microsoft y SoftBank, escaló 6%. Altman celebró el pacto y aseguró que “la infraestructura de cómputo será la base de la economía del futuro”.

La magnitud de la inversión generó también interrogantes. Analistas como Stacy Rasgon, de Bernstein, advirtieron sobre la “circularidad” del acuerdo, ya que parte del dinero que Nvidia inyecta en OpenAI volverá a la empresa en forma de compras de chips. A la vez, el pacto no altera los planes de OpenAI de desarrollar procesadores propios junto a Broadcom y TSMC, una estrategia que apunta a reducir su dependencia de Nvidia en el largo plazo.

 

Para Nvidia, el acuerdo es una apuesta estratégica que consolida su liderazgo en el mercado de semiconductores aplicados a inteligencia artificial, en un contexto donde enfrenta tanto la presión de competidores como de reguladores. Convertirse en inversor directo de OpenAI —la compañía más visible del sector— no solo le asegura un cliente de enorme escala, sino que además fortalece su rol como actor indispensable en la economía digital.

 

Sin embargo, el movimiento también encierra riesgos. Al concentrar aún más la relación entre el proveedor dominante de hardware y el líder en modelos de IA, Nvidia podría atraer un escrutinio regulatorio más severo y alimentar temores de monopolio tecnológico. La inversión, en suma, refleja el doble filo de su estrategia: asegurar crecimiento acelerado en el corto plazo, pero con la amenaza latente de que esa concentración de poder desencadene mayores tensiones competitivas en la industria.

 

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