Los fabricantes chinos de autos eléctricos invirtieron más en el extranjero que en su país

La decisión refleja cómo la feroz competencia doméstica, marcada por un exceso de capacidad y guerras de precios, redujo al mínimo las posibilidades de rentabilidad en China.

Por Gonzalo Andrés Castillo

Redactor especialista en finanzas y mercado de capitales

Hace 4 horas

Los fabricantes chinos de automóviles eléctricos destinaron más capital a proyectos internacionales que a su propio mercado por primera vez en 2024, de acuerdo con un informe de Rhodium Group.

 

La decisión refleja cómo la feroz competencia doméstica, marcada por un exceso de capacidad y guerras de precios, redujo al mínimo las posibilidades de rentabilidad en China.

 

Durante más de una década, las automotrices se beneficiaron de subsidios estatales que impulsaron al país como líder global en vehículos eléctricos. Sin embargo, la saturación del mercado y los recortes agresivos hundieron los márgenes, que cayeron a solo 0,83% en 2024 frente al 2,7% de 2019, según datos de LSEG.

 

Entre 2022 y 2024, la inversión extranjera directa china en la cadena de valor de los vehículos eléctricos promedió USD 30.400 millones anuales, frente a los USD 8.500 millones registrados entre 2018 y 2021. En contraste, la inversión doméstica cayó drásticamente, desde un pico de USD 94.000 millones en 2022 hasta apenas USD 15.000 millones el año pasado.

 

Empresas como BYD, Geely, Chery y Great Wall Motors están liderando esta reorientación del capital. BYD construye una planta en Hungría, que iniciará producción en 2025, y otra en Turquía prevista para 2026. Geely proyecta una fábrica en Vietnam, mientras que Chery y Great Wall Motors expanden operaciones en Rusia y América Latina. El sudeste asiático, Oriente Medio y África concentraron el 58% de las nuevas inversiones, a medida que los fabricantes buscan mercados menos expuestos a aranceles occidentales.

 

No obstante, la estrategia enfrenta obstáculos. Las tensiones comerciales con Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá elevaron los costos de acceso a esos mercados. Incluso en regiones emergentes surgen resistencias: Arabia Saudita frenó un acuerdo de libre comercio con China por temor a que las importaciones baratas afecten su plan industrial.

 

En paralelo, Pekín prometió moderar la agresiva competencia de precios no solo en vehículos eléctricos, sino también en sectores como paneles solares, baterías y acero. Aunque aún no presenta un plan integral, se observan movimientos hacia una consolidación sectorial que podría incluir la formación de cárteles para estabilizar la oferta.

 

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