Carrefour: el futuro de la cadena francesa en Argentina entra en su etapa decisiva
La empresa está en pleno proceso de venta de sus operaciones locales. Hay varios interesados y la definición llegaría antes de fin de año. La marca que cambió el consumo argentino en los ‘80 enfrenta ahora un nuevo capítulo.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
El futuro de Carrefour en la Argentina está en el aire y las negociaciones entraron en su fase final. La cadena de supermercados de origen francés, una de las más grandes y reconocidas del país, está “administrando la venta” de todas sus operaciones locales, según confirmaron fuentes del sector. La decisión marca un punto de inflexión para una marca que fue sinónimo de hipermercado durante más de cuatro décadas.
El proceso está siendo gestionado por un banco de inversión internacional, que se encarga de definir los detalles de la operación y analizar las ofertas. “Hay entre cuatro y cinco grupos interesados, y la competencia es fuerte”, dijeron empresarios del rubro. Los nombres no trascendieron oficialmente, pero se habla de jugadores importantes tanto nacionales como extranjeros, algunos con presencia en retail y otros con perfil más financiero o inmobiliario.
Desde el entorno de Carrefour evitan dar declaraciones, aunque puertas adentro admiten que el clima es de expectativa. “Se está analizando todo con mucha cautela. No hay decisiones tomadas, pero la definición se espera para antes de fin de año”, deslizaron allegados a la compañía. La venta incluiría las más de 600 sucursales que la cadena tiene en 22 provincias, además de centros de distribución, activos inmobiliarios y contratos con proveedores.
La posibilidad de una salida total del país reavivó el debate sobre la situación del consumo masivo y la presión de costos que enfrentan las grandes superficies. En los últimos años, Carrefour había intentado una reestructuración de su negocio local: cerró locales deficitarios, apostó más fuerte a los formatos Express y buscó acuerdos con sindicatos para reducir costos laborales. Sin embargo, la persistente caída del poder adquisitivo y los altos gastos operativos complicaron su rentabilidad.
Carrefour desembarcó en Argentina en 1982, en plena dictadura militar, con la apertura de su primer hipermercado en San Isidro. Fue una revolución para la época: un formato que ofrecía desde alimentos hasta electrodomésticos “todo bajo un mismo techo”, con estacionamiento propio y precios competitivos. Esa fórmula cambió la forma de comprar de millones de argentinos, marcando un antes y un después en el consumo.
Durante los años ‘90, en pleno auge del consumo y la globalización, la compañía expandió su red por todo el país. En 2001 absorbió la cadena Norte, y en 2012 incorporó 129 tiendas EKI, consolidando su presencia en barrios y localidades donde antes no llegaba. En 2022, Carrefour celebró sus 40 años en Argentina con un acto en el que destacó su rol como empleador: más de 17.000 trabajadores directos y miles más de manera indirecta.
En el caso argentino, el desenlace parece encaminarse a una salida ordenada. Los posibles compradores buscan quedarse con una marca con fuerte arraigo y una red comercial difícil de replicar. Algunas fuentes no descartan que, tras la venta, la marca Carrefour siga operando bajo franquicia o licencias, como ocurre en otros países donde la firma ya no tiene presencia directa.
Por ahora, el mensaje es claro: el gigante francés que introdujo el hipermercado en la Argentina se prepara para dar vuelta una página clave de su historia. En un contexto de consumo golpeado, costos crecientes y competencia feroz, la operación podría redefinir el negocio del retail en el país. Falta poco para saber quién se quedará con una de las marcas más emblemáticas del supermercado argentino.
