Reforma Migratoria: el Gobierno endurece reglas para quedarse en Argentina
El gobierno de Javier Milei publicó una reforma migratoria que endurece el acceso a la ciudadanía argentina. Además, se contempla el arancelamiento de la salud y la educación, y se facilitan las deportaciones de extranjeros ilegales.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
El gobierno de Javier Milei metió mano en la política migratoria y cambió varias reglas del juego para quienes vienen de afuera. La reforma, que salió publicada en el Boletín Oficial este jueves 29 de mayo, plantea requisitos más estrictos para obtener la ciudadanía argentina y también se pone más firme a la hora de expulsar a extranjeros que estén en el país de manera ilegal.
Uno de los puntos clave del nuevo decreto —que modifica la ley 25.871— es que ahora será más fácil deportar a quienes no estén en regla. Además, se abre la puerta a que algunos servicios como la salud y la educación dejen de ser completamente gratuitos para los inmigrantes, algo que ya generó revuelo en varios sectores.
En el terreno de la educación, por ejemplo, se sigue permitiendo que todos los extranjeros —aunque no tengan papeles— puedan anotarse en escuelas públicas y privadas. Y no solo eso: los colegios van a tener que dar una mano para que regularicen su situación. O sea, no solo te dejan estudiar, sino que te ayudan con los trámites.
Con la salud, las cosas cambian un poco. Si alguien llega con una emergencia, se lo tiene que atender sí o sí, sin preguntar demasiado. Pero si se trata de consultas o tratamientos que no sean urgentes, ahí ya se va a exigir tener un seguro médico o pagar por el servicio. Eso lo va a definir el Ministerio de Salud según el caso.
En cuanto a la ciudadanía, ahora hay más filtros. Se habla de dos tipos de residencia: permanente y temporaria. Y será la Dirección Nacional de Migraciones la que decida si alguien puede cambiar su estatus o no. Nada de pasar de turista a ciudadano sin que te miren con lupa.
Además, si alguien quiere instalarse en el país, va a tener que mostrar que tiene recursos económicos suficientes y un prontuario limpio. Nada de entrar sin dinero o con antecedentes. La buena noticia es que los hijos de argentinos nacidos en el exterior van a ser considerados residentes permanentes automáticamente.
Y sobre la universidad, quienes tengan residencia permanente podrán estudiar en universidades públicas sin pagar. Pero para los demás, las universidades van a tener la libertad de cobrar o no cobrar aranceles. Es decir, queda a criterio de cada institución si abren la puerta gratis o no.
Esta reforma forma parte del plan más general del Gobierno de "ordenar la casa", como dicen ellos. En los hechos, busca achicar el gasto del Estado y endurecer el control migratorio, aunque también levanta el debate sobre qué tan inclusiva y solidaria sigue siendo la Argentina con quienes vienen a buscar un futuro mejor.